Un equipo de investigadores suizos encontró restos fósiles de una especie de dinosaurio enano hasta ahora desconocida, en Transilvania, según un reciente estudio publicado en el Journal of Vertebrate Paleontology.
Más puntualmente, los huesos fueron encontrados en el lecho de un río de la cuenca de Haţeg, en Transilvania, que supo ser una de las áreas más importantes para el descubrimiento de vertebrados que habitaron en el Cretácico superior en Europa.
Cabe señalar que el Período Cretácico Tardío tuvo lugar después de que Pangea se dividió en varios continentes, en tanto que en esa región de Rumania en donde se encontraron los huesos de este dinosaurio enano era su propio pequeño archipiélago tropical, similar a las actuales islas Galápagos.
Según explicaron los autores del hallazgo, el bautizado Transylvanosaurus platycephalus ("reptil de cabeza plana de Transilvania, en castellano), medía apenas 1,52 metros de altura y perteneció a la familia herbívora Rhabdodontidae, que vivió hace aproximadamente unos 70.000.000 de años, en la región de Transilvania, junto a otros dinosaurios enanos, cocodrilos, tortugas y pterosaurios voladores.
Además, este diminuto dinosaurio caminaba sobre dos patas, tenía una cola muy poderosa y una cabeza tan extremada y sorprendentemente ancha como plana.
“Casi todos los animales terrestres que habitaron en esta isla eran bastante pequeños. Una excepción fueron los pterosaurios, algunos de los cuales alcanzaron tamaños corporales gigantescos. La razón de esto probablemente sea que podían volar y, por lo tanto, no se vieron tan gravemente afectados por los recursos limitados de la isla”, señaló, a CNN, Felix Augustin, coautor del hallazgo de los restos fósiles de este muy poco conocido dinosaurio enano.
“Con cada especie recién descubierta, estamos refutando la suposición generalizada de que la fauna del Cretácico superior tenía una baja diversidad en Europa. De hecho, los Rhabdodontidae fueron los herbívoros pequeños y medianos más comunes en Europa durante el Período Cretácico Tardío, pero todavía no está claro cómo llegaron a un lugar tan lejano en el Este”, agregó.
Es que a pesar de la gran cantidad de huesos fósiles en perfecto estado de conservación que encontraron, los investigadores todavía no han podido recabar información suficiente acerca de esta desconocida criatura prehistórica, incluidos los contornos de su cerebro.
“Pudimos ver las impresiones y, por lo tanto, las proporciones de diferentes secciones del cerebro, más específicamente, de los bulbos olfatorios -la sección del cerebro responsable del sentido del olfato- y el cerebro, que cumple varias funciones diferentes, desde el procesamiento sensorial hasta la memoria”, comentó Augustin.
Ahora, Augustin y su equipo de colaboradores se dedicarán a comparar las proporciones tanto del cerebro como del ojo con otras especies relacionadas.
“Esto puede dar información sobre qué sentidos eran importantes para Transylvanosaurus. Si el dinosaurio hubiera muerto y simplemente se hubiera acostado en el suelo en lugar de estar parcialmente enterrado, el clima y los carroñeros pronto habrían destruido todos sus huesos y nunca nos hubiéramos enterado”, concluyó el especialista.
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