Un reciente estudio llevado a cabo por un equipo de científicos de la Universidad de Alaska reveló la presencia de un respiradero en el volcán Maat Mons de aproximadamente unos 2,2 kilómetros cuadrados de superficie.
Las imágenes utilizadas para la investigación que estuvo a cargo del científico Robert Herrick fueron tomadas por la sonda espacial Magallanes de la NASA, que llegó a Venus el 10 de agosto de 1990 y durante su misión ya obtuvo cerca de 1.000 imágenes.
Así, tras comparar una imagen obtenida a mediados de febrero de 1991 con otra registrada por Magallanes a mediados de octubre de ese mismo año, Herrick y su equipo de colaboradores detectaron un cambio en un respiradero del lado norte, que había pasado de ser una formación circular de unos 2,2 kilómetros cuadrados a tener una forma irregular de aproximadamente de 4 kilómetros cuadrados.
Afirman haber medido el tamaño exacto de Venus
Además, la segunda imagen indicaba que las paredes de la chimenea se habían hecho más cortas, tal vez de solo unos cientos de metros de altura, y que la chimenea estaba casi llena hasta el borde.
Afirman que hay vida en Venus
For the first time, scientists have observed direct geological evidence of an active volcano on Venus. 🌋
— NASA JPL (@NASAJPL) March 15, 2023
The @UAFGI and JPL team made the discovery after scouring archival radar images taken by @NASA’s Magellan mission more than 30 years ago. https://t.co/CTYYBFzAJl pic.twitter.com/v4vlx0aMiM
“Ahora se puede afirmar que Venus es volcánicamente activo, en el sentido de que se producen al menos unas pocas erupciones al año”, afirmó Herrick.
“Por ello, seguramente, las próximas misiones a Venus observen nuevos flujos volcánicos que se hayan producido desde que la misión Magallanes finalizó hace tres décadas, y deberíamos observar cierta actividad mientras las dos próximas misiones orbitales recogen imágenes", agregó el científico.
A partir de este inédito hallazgo en la superficie de Venus, los investigadores especulan con la formación de un lago de lava en el respiradero durante los ocho meses transcurridos entre las imágenes estudiadas, aunque todavía desconocen si el contenido era líquido o se había enfriado y solidificado.
“Los cambios en las paredes del respiradero podrían responder también a un colapso no volcánico, sino provocado por un terremoto que habría causado los cambios”, concluyó Herrick.
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