Los incendios forestales que han dejado como resultado que entre los años 2012 y 2016 se quemaran unas 423.000.0000 millones de hectáreas de la superficie terrestre, y la contaminación acústica son los principales enemigos para el planeta y para la salud de la población mundial, según lo afirma un reciente estudio elaborada por la Organización Mundial de las Naciones Unidas (ONU).
Según el informe “Fronteras 2022: ruido, llamas y desequilibrios”, los sonidos estridentes o no deseados que se mantienen de manera prolongada, como los ruidos molestos provocados tanto por los autos y los trenes, y por las actividades de ocio, pueden ocasionar graves daños tanto al medioambiente como a la salud física y mental de las personas, causando molestias crónicas y alteraciones en el sueño que, a su vez, pueden dar lugar a problemas más graves como, por ejemplo, enfermedades cardíacas y trastornos auditivos o metabólicos, como la diabetes.
El informe de la ONU también señala que en la Unión Europea se dan unas 12.000 muertes prematuras causadas por la contaminación acústica, lo que equivale a una persona por cada 5 habitantes. Así, ciudades como Argel, Bangkok, Damasco, Ho Chi Minh City, Ibadan y Nueva York superan cada día los niveles de ruido aceptables sin que ni sus gobiernos ni habitantes tengan conciencia de los graves efectos que eso conlleva.
El grupo más vulnerable a estos sonidos fuertes y prolongados son las personas más jóvenes, las personas mayores y las comunidades marginadas que viven cerca de las carreteras con mucho tráfico y que están lejos de las zonas con vegetación.
“Por supuesto, no hay que olvidarse de los animales que viven en o cerca de las ciudades, como aves, las mascotas y los insectos”, indica el informe.
Incendios forestales: enemigo peligroso
Si bien los incendios forestales si bien forman parte natural del sistema de la Tierra, los especialistas afirman que en los últimos años se están volviendo peligrosamente mucho más frecuentes, duraderos e intensos, lo que, según creen, se debe fundamentalmente al cambio climático y a la influencia del ser humano.
“El cambio climático puede desembocar en la aparición de incendios, pues genera relámpagos que pueden ser la chispa que encienda un nuevo foco del incendio y, además, tienen un gran impacto a corto y largo plazo sobre la salud, ya que, además de los problemas de evacuaciones, también pueden agravar los efectos de enfermedades anteriores en mujeres, niños, personas mayores y en aquellos que son vulnerables”, agrega el informe.
Los especialistas también advierten que tanto el carbono negro como los otros contaminantes que se generan en los incendios forestales pueden contaminar severamente las fuentes de agua de la Tierra, causar desprendimientos de tierra peligrosos, transformar a los bosques tropicales en grandes sumideros de carbono y acelerar el deshielo de los glaciares.
Incendios forestales y contaminación acústica: soluciones para enfrentarlos
Para intentar paliar los numerosos y graves efectos nocivos que estos problemas ya le están causando a la Tierra y a toda su población, el informe de la ONU también propone un par de soluciones para cada una de ellas.
De esta manera, para combatir la contaminación acústica urbanita el informe sugiere que se deben incrementar las zonas verdes disponibles en las grandes ciudades ya que la vegetación absorbe la energía acústica, dispersa el ruido y amplifica los sonidos, además de atraer a los animales y de mejorar el paisaje.
Otra solución que sugiere la ONU es que los países aumenten y mejoren las bicisendas ya que éstas reducen de manera importante el espacio para el tráfico de autos, a la vez que brindan la posibilidad de desplazarse por las grandes urbes mundiales de manera mucho más sana.
“Por su parte, las zonas de bajas emisiones fomentan la movilidad elèctirca, lo que contribuye de nuevo a la reducción del ruido, además de mejorar la calidad del aire”, explica el informe.
En cuanto a los incendios forestales, las principales soluciones aportadas por la ONU son el aumento de las inversiones por parte de todos los países del mundo para reducir los riesgos de incendios forestales, en el aumento del desarrollo de los enfoques tanto de la gestión y de la prevención de estos fenómenos, como también de las respuestas inmediatas ante estas situaciones y en que se ponga mucho más empeño y financiación en las capacidades de teledetección, como satélites, radares y la detección de rayos.
Por último, el informe da cuenta de que el cambio climático también está cambiando el ritmo natural biológico tanto de los animales como de las plantas, que usan la temperatura, las horas que dura el día o la cantidad de lluvia para saber cuándo sacar sus hojas, florecer, dar frutos, criar, anidar, polinizar, migrar o transformarse.
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