Friday 19 de April de 2024
INFORMATIVO | 23-07-2019 18:05

Islas Marshall: un paraíso contaminado por la radiación

Entre 1946 y 1958 el archipiélago fue el escenario de 67 pruebas nucleares por parte de los Estados Unidos. Las consecuencias persisten hasta nuestros días.
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Ubicadas en la región de Micronesia, en el océano Pacífico, las Islas Marshall son el claro ejemplo de la capacidad destructiva del hombre. A pesar de las aguas cristalinas y la vegetación verde y frondosa, este paraíso que parece ideal para vacacionar, en realidad una parte de él es inhabitable debido a los altos niveles de contaminación radioactiva que todavía padece. Obviamente esto no es algo fortuito, en este atolón Estados Unidos hizo explotar 67 bombas nucleares entre 1946 y 1958.

Fueron 12 años de pruebas nucleares que, como era de esperar, dejaron una huella invisible y muy peligrosa. Después de 60 años de la última detonación, prácticamente no había investigaciones independientes sobre los efectos de estas pruebas y la contaminación remanente. Entre 2015 y 2018 los científicos del K=1 Project, el centro de estudios nucleares de la Universidad de Columbia, analizaron los niveles de radiación gamma tras recoger varias muestras de suelos, fondos marinos, animales y plantas de todos los lugares en los que se realizaron test nucleares o sufrieron de la lluvia radiactiva.

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Según los datos relevados, hay una alta actividad de numerosos elementos radioactivos como el plutonio-239/240, el americio-241 o el bismuto-207. A pesar de que las dosis de radiación absorbida no son muy altas, la concentración de material radioactivo multiplica por 100 la detectada en otras zonas del archipiélago no afectados por las bombas. En algunas zonas hasta supera los niveles de ciertas áreas de Chernóbil (Ucrania) y Fukushima (Japón).

En las Islas Marshall la mayoría de la población vive atestada en dos islas, mientras que las otras permanecen inhabitables debido a la contaminación nuclear. Las zonas más afectadas comprende a los atolones Bikini, Enewetak, Rongelap y Utirik.

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En 1954, el atolón Bikini fue escenario de la detonación más grande, conocida como Castle Bravo. La misma fue 1.000 veces más poderosa que las bombas lanzadas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.

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