Un proyecto internacional liderado por el Observatorio Europeo Austral (ESO) tendrá a su cargo la construcción del Telescopio Extremadamente Grande (ELT) en el desierto de Atacama, al norte de Chile, que se convertirá no solo en una herramienta clave para profundizar en el estudio del universo, sino en el más grande del mundo jamás construido hasta el presente.
Esta inhóspita zona de América del Sur fue elegida por sus condiciones atmosféricas, que son ideales para la observación astronómica, gracias a su cielo despejado y estable, en tanto que este dispositivo tecnológico también promete revolucionar la astronomía al captar imágenes con un nivel de detalle sin precedentes. “Estamos ante un avance tan relevante como el que hizo Galileo Galilei en 1610", comentó el astrónomo del ESO a cargo del proyecto, Luis Chavarría.
El ELT estará ubicado a más de 3,000 metros sobre el nivel del mar, lo que le permitirá aprovechar al máximo las condiciones de altura para evitar interferencias atmosféricas. Además, gracias a esta ubicación y a sus numerosas e innovadoras características técnicas, este telescopio promete abrir nuevas fronteras en la astronomía, permitiéndoles a los científicos poder explorar el universo con una precisión sin precedentes hasta el presente.
Si bien en un primer momento su puesta en marcha estaba prevista para 2030, finalmente se anticipó para el año 2028, en tanto que su construcción demandará una inversión de aproximadamente unos 1,500 millones de euros. Entre sus principales características, este telescopio gigantesco estará equipado con un espejo de 39,3 metros de diámetro que será el eje principal de su sistema de observación, ya que le permitirá captar una enorme cantidad de luz, esencial para observar objetos celestes a distancias extremas y obtener imágenes mucho más nítidas y detalladas del cosmos.
A su vez, la estructura del espejo estará compuesta por 798 segmentos de vidrio cerámico, los cuales formarán un enorme panal, a través del cual el ELT podrá captar imágenes 5 veces más nítidas que las del telescopio espacial James Webb, hasta ahora, uno de los telescopios más avanzados del mundo. "Este diseño innovador representa un salto cualitativo en la capacidad de observación", concluyó Chavarrìa..
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