El fútbol, como el mate, son dos de las más grandes pasiones argentinas. Por eso es que, desde el 30 de noviembre de 2015, en la Argentina se celebra el Día Nacional del Mate en conmemoración al nacimiento del caudillo guaraní Andrés Guaçurarí y Artigas, quien, además de haber sido el único gobernador indígena de la historia argentina, fue el principal responsable de fomentar tanto la producción como la distribución de la yerba mate.
La fecha fue establecida tanto por el Senado como por la Cámara de Diputados de la Nación Argentina, mediante la Ley 27.117 que fue sancionada el 17 de diciembre de 2014, promulgada de hecho el 20 de enero de 2015, y publicada en el Boletín Oficial de la República Argentina, el 28 de enero de 2015.
A partir de esta sanción, el consumo de mate se convirtió en una tradición que, con el correr de los años, va sumando cada vez más adeptos no solo en la Argentina sino en el mundo entero.
Celebremos al mate recorriendo su ruta nacional
OrÍgen del mate
Para hablar del origen del mate hay que hay que remontarse a la época de los indios guaraníes, quienes usaban las hojas del árbol de la yerba mate (Ilex paraguariensis) como su bebida principal, a la vez que también la empleaban como moneda de cambio en sus trueques con otros pueblos prehispánicos, como los incas, los charrúas y los araucanos.
Para el guaraní, el árbol de la yerba es el árbol por excelencia. ya que más allá de utilizarlo como fuente de energía para sus largas caminatas por la selva, le rendían culto y homenajes porque lo consideraban un regalo de los dioses. Los conquistadores aprendieron de los guaraníes las virtudes y formas de tomar mate, y contribuyeron para que el hábito de tomarlo se difundiera al punto de organizarse un intenso comercio desde su zona de cultivo originaria, a todo el Virreinato del Río de la Plata.
Muchos años después, los sacerdotes jesuitas fueron quienes incorporaron el cultivo del mate en las misiones que tenían en la Argentina, Paraguay y Brasil.Cabe resaltar que la primera plantación de yerba mate en el país fue recién en 1903 en la localidad misionera de Santa Ana.
Así, las primeras reducciones jesuÍticas que se especializaron en la producción yerbatera, fueron las de Nuestra Señora de Loreto, Corpus Christi y la de San Javier, pueblos todos que contaban con importantes yerbales naturales e implantados. Hasta entonces, y a lo largo de muchos años, la yerba que se consumía se cosechaba de los yerbales de la selva que ocupan grandes extensiones. Sin embargo, la explotación irracional de estos yerbales y la cada vez mayor tala de árboles nativos para el uso comercial de la madera, terminó agotando este recurso.
Sólo con las plantaciones sistemáticas, el cultivo de yerba volvió a encontrar, después de mucho tiempo, su lugar en la historia. Ese que hoy lo hace ser una de las bebidas argentinas más reconocidas en el mundo entero.
Quién fue Andrés Guacurarí
Hijo de aborígenes guaraníes, entre los años 1815 y 1819, Andrés Guacurarí fue designado “comandante general de Misiones” por José Gervasio Artigas, bajo cuyas órdenes participó, como soldado, en las luchas por la independencia de la Argentina. En 1811 formó parte de la Milicia Guaraní-Misionera incorporada al ejército de Manuel Belgrano cuando regresaba de su campaña al Paraguay, y por órdenes del gobierno de Buenos Aires avanzaba sobre Uruguay. Allí, bajo el mandato de José Rondeau, participó en el sitio de Montevideo.
Su primera gran misión militar como comandante fue recuperar los pueblos misioneros ocupados por los soldados paraguayos a oriilas del rio Paraná. Así, al mando de su llamado “ejército indio” formado por 500 de sus mejores combatientes de infantería y caballería no muy bien armados ni preparados, en septiembre de 1815 logro recuperar Candelaria y posteriormente, Santa Ana, San Ignacio, Loreto y Corpus. En julio de 1817 logró derrotar a las fuerzas portuguesas en la Batalla de Apòstoles, mientras que en marzo de 1818 fue derrotado en Batalla de San Carlos. .
Si bien no hay datos oficiales sobre el día exacto de su muerte, se cree que Guacurarí fallecíó, en 1821, mientras se encontraba prisionero en las mazmorras de la isla de las Cobras. Mientras el 5 de julio de 2012, la Honorable Cámara de Representantes de la Provincia de Misiones, lo declaró “prócer misionero”, el 1 de abril de 2014, por medio del Decreto Nacional N” 463/2014, fue ascendido a la jerarquía de general del Ejército Argentino, mientras que, el 17 de diciembre de ese mismo año fue declarado “héroe nacional”, por el Congreso de la Nación mediante la Ley 27.716 que fue promulgada el 20 de enero de 2015.
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