Un grupo internacional de investigadores descubrió una milenaria red de muros que se extiende a lo largo de un tramo de 1.000 kilómetros del río Nilo y que, según afirmaron, servían como una estructura que funcionaba como gestión de agua y para el control de las inundaciones y los flujos.
Según explicaron los investigadores en el trabajo publicado en el sitio Onlinelibrary.wiley.com, los muros de piedra seca que fueron construidos con materiales de la región se extienden desde justo por encima de la primera catarata en el sur de Egipto hasta la cuarta catarata en Sudán, y se los conoce tanto como espigón de río, así como también como muro o dique de espolón que, actualmente, se usan con mucha frecuencia en los ríos de todo el mundo para limitar la erosión de los bancos, mejorar la acuicultura y entrenar los canales de los ríos para la navegación o la defensa contra las inundaciones.
Para poder llevar a cabo este valioso hallazgo, los especialistas emplearon una serie de combinaciones de fotografías aéreas y satelitales de alta resolución, a la vez que llevaron a cabo varios estudios del terreno y excavaciones arqueológicas. De esta manera, lograron registrar más de 1.200 espigones.
“Hasta la fecha, los espigones de los ríos en el valle del Nilo solo han sido objeto de exámenes localizados, y, hasta donde sabemos, ninguno ha sido fechado de forma independiente”, señaló Matthew Dalton, investigador asociado de la Universidad de Australia Occidental.
“Algunos fueron construidos dentro de la memoria viva de los habitantes actuales de la región para atrapar sedimentos fértiles del Nilo para el cultivo, una práctica ya observada por los viajeros europeos a Nubia a principios del siglo XIX. Sin embargo, estructuras similares situadas dentro de paleocanales antiguos indican una construcción a lo largo de mucho más tiempo, ya sea con el mismo propósito o con otro”, agregó el principal autor del estudio.
Si bien los tamaños de las paredes varían sustancialmente, la parte más grande fue detectada en Soleb y mide 700 metros de largo y 4 metros de ancho y fueron fabricadas con cuarzo.
“Están hechas de cuarzo que pesan 100 kilos o más. La altura del muro en la antigüedad no está clara, pero, según sus restos, se habrían necesitado al menos unas 1.680 toneladas de cuarzo para construirlos”, relato Julia Budka, profesora de Arqueología y Arte Egipcios en la Universidad Ludwig Maximilian de Munich, Alemania.
“Algunos de los espigones pueden datar del período Kerma, que duró, aproximadamente, desde el 2.500 a,C hasta el 1.500 a.C”, concluyó la coautora de este inédito hallazgo.
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