La Base Belgrano II fue inaugurada el 5 de febrero de 1979 sobre el nunatak Bertrab en la Bahía Vahsel, al sur del mar de Weddell, a unos 1.300 kilómetros del Polo Sur. Se trata de la segunda de las tres bases antárticas argentinas de carácter permanente que fueron denominadas originalmente Base de Ejército General Belgrano, en homenaje al gran héroe de la Revolución de Mayo y de la Independencia argentina.
La primera de las bases argentinas en la Antártida había sido instalada, en enero de 1955, por el general Hernán Pujato, primer director del Instituto Antártico Argentino (IAA), sobre la Barrera de Hielos Filchner,
En este caso se optó por asentar las nuevas instalaciones en tierra firme ya que, en medio de la imponente y gigantesca extensión de hielo que cubre esa región, sólo se levantan dos pequeñas masas de granito que emergen sobre la nieve: los nunataks Moltke y Bertrab, que habían sido descubiertos por el explorador alemán Wilhelm Filchner, en 1912.
Así, la base Belgrano II quedó instalada al sur del mar de Weddell, más precisamente en el nunatak Bertrab en la costa Confín, Tierra de Coats, en los 77º51’S y 34º33’W . En su primer año se convirtió en la base más austral del planeta, cosa que fue posible gracias a la primera penetración del pack del Mar de Weddell llevada a cabo por el entonces flamante rompehielos ARA General San Martín, a bordo del cual se transportaron todos los materiales para su construcción que fueron desembarcados en helicópteros.
También se instaló el primer Observatorio Astronómico Polar Argentino que fue bautizado "José Luis Sersic" y una antena satelital para la transmisión de datos.
A partir de su inauguración, desde ella partieron numerosas patrullas científicas y de exploración, entre las que se destacan los vuelos del general Pujato en los que descubrió numerosas cordilleras y glaciares, así como también varios nunataks y picos aislados a los que le fue otorgada toponimia argentina.
La base argentina más austral del mundo
Actualmente, la Base Belgrano II es la más austral de las bases argentinas y la tercera de las permanentes a nivel mundial. Su latitud determina que, climatológicamente hablando, cuente con cuatro meses de completa luz solar, cuatro con penumbra y cuatro de noche polar.
Se trata de una zona de fuertes vientos con temperaturas negativas que llegan hasta los 54˚ Celsius bajo cero, en tanto que mientras la flora se limita a la existencia de una pequeña cantidad de musgos y líquenes, su fauna está compuesta por aves estivales como las gaviotas, los petreles y las skúas.
A pocos kilómetros de la base se encuentra el Refugio Cisterna, cuyo mantenimiento está a cargo de la dotación de 20 hombres que trabajan en la base y que está compuesta por personal logístico del Ejército y por un puñado de científicos del Instituto Antártico Argentino (IAA) que en realizan estudios de ozono, magnetismo, meteorología, glaciología, biología terrestre, geodesia y sismología, está última con el sismógrafo más austral del mundo ubicado sobre roca firme.
Gracias a varios convenios internacionales, tanto miembros del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial de España como del Programa Nacional de Investigación Antártica de Italia participan activamente en varios de muchos de estos estudios.
El abastecimiento de Belgrano II es realizado, una vez por año, a través de rompehielos ARA Almirante Irizar, en tanto que la base cuenta con vehículos snowcat y motos de nieve para el desplazamiento del personal que sigue haciendo historia en el continente antártico.
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