Friday 29 de March de 2024
FIN DE SEMANA | 23-01-2020 17:32

Olta, hogar del desconocido y verdadero Caminito

A muchos kilómetros de distancia de La Boca, este pequeño pueblo de La Rioja fue la inspiración que le dio vida al famoso tango. Un lugar para descubrir y disfrutar.
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Es probable que mucha gente desconozca que el verdadero Caminito no es el del barrio de La Boca en la Ciudad de Buenos Aires, sino un solitario sendero situado en Olta, un pueblo de La Rioja. Lo cierto es que don Gabino Coria Peñaloza, mendocino de cuna pero de estirpe riojana por sus vivencias y trabajos en estas tierras, es el autor del famoso tango que luego se estampó en esa callecita porteña tan concurrida por turistas y visitantes.

Ni él mismo pensó cuando escribió la letra, estar gestando semejante pieza musical; y mucho menos, inspirada en un romance que nunca pudo olvidar. Cuenta la historia que allá por 1902, el poeta Peñaloza recorría polvorientos caminos riojanos a lomo de mula; y al llegar al poblado de Olta, quedó varado por una creciente del río. Permaneció allí hasta la bajante de las aguas, y en ese lapso conoció a María, una joven del lugar, con quien vivió un repentino idilio.

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Durante esos días, paseaban frecuentemente por su lugar predilecto: el diminuto sendero en el que días atrás Gabino había detenido su marcha. Este “caminito amigo” (apenas una huella que unía Olta con Loma Blanca) fue fiel testigo de aquel romance. El río volvió a su nivel y el muchacho siguió viaje con la promesa de regresar. Recién lo hizo al año siguiente, pero María se había mudado sin rumbo conocido, sin poder verla jamás.

El recuerdo de esa mujer y del pequeño camino, generó la preciada letra tanguera. Gabino describió el sendero como aquel “Caminito que entonces estabas, bordado de trébol y juncos en flor…” y también remarcó el final del romance: “Desde que se fue, triste vivo yo, caminito amigo, yo también me voy”.

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Pasó el tiempo, recaló en Buenos Aires y conoció al compositor Juan de Dios Filiberto, pieza clave para que en 1925 naciera Caminito en la mesa de un café ubicado en Florida al 300. Allí se reunieron y Filiberto le tarareó a Peñaloza una melodía inspirada casualmente en otro sendero, pero de su barrio natal de La Boca, pidiéndole que le pusiera letra.

Gabino guardaba las estrofas de aquel recordado romance, las que Filiberto analizó y musicalizó. Ambos senderos se juntaron -el riojano y el porteño-, y dieron luz al afamado Caminito. La canción se estrenó en los carnavales de 1926 prolongando su eterna vigencia. En 1950, don Benito Quinquela Martín y otros vecinos lograron que el Caminito de La Boca fuera un museo a cielo abierto, y desde aquel entonces, esta pintoresca y diminuta callecita es un símbolo ciudadano que atrae al turismo y a los amantes del tango. El otro, aquel Caminito de Olta sigue allí en medio de un entorno apacible y puebleril. Un pórtico, algunos carteles y la estatua de don Gabino Coria Peñaloza evocan aquel suceso que sorprende a los visitantes.

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Si bien en Olta resalta este curioso sitio, quienes se acercan hasta aquí podrán disfrutar también del dique regional con su gran espejo de agua donde se practican deportes náuticos, pesca y caminatas por la quebrada circundante; o visitar el bosque de árboles petrificados, un yacimiento fósil que exhibe troncos de hasta 5 metros de largo, cortezas y astillas diseminadas en un predio de 42 hectáreas.

Olta está a 170 kilómetros de la ciudad capital y es conocida como el Oasis de los Llanos Riojanos por ubicarse al pie de la Sierra de los Llanos. Un pueblo para conocer, no sólo por sus pintorescos paisajes, sino por ser (tal vez por esas cosas del destino) la cuna de un éxito tanguero que identifica a Buenos Aires y con los años, traspasó fronteras y cobró fama internacional.

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Marcelo Ruggieri

Marcelo Ruggieri

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