Existen dos grandes divisiones entre los grupos electrógenos: monofásicos y trifásicos. Los convencionales para hogares y comercios chicos son los primeros. Los trifásicos son para locales o fábricas con grandes consumos de energía, que en general tienen entradas de 380 volts, no de 220 como las viviendas particulares.
El primer paso antes de decidirse por un generador es calcular cuánta potencia necesitaremos para poner la casa en funcionamiento. El consumo de arranque de los motores de los aparatos electromecánicos (heladeras, ventiladores, aires acondicionados) es casi siempre tres veces superior al continuo, por lo que al consumo que indica el manual debemos multiplicarlo por tres. Supongamos que tenemos una heladera con freezer (200 W), 10 lámparas de bajo consumo (150 W), un aire acondicionado de 3.000 frigorías (1.700 W), un televisor LED (150 W) y un lavarropas automático (500 W). La suma arroja un consumo total de 2.700 W, que multiplicada por 3 en los electromecánicos se eleva a un total de arranque de 7.500 W.
Para ese tipo de hogar, el equipo deberá tener un mínimo de 8.250 W (unos 11 HP), ya que los fabricantes recomiendan dejar un margen de al menos 10 % de potencia, para no forzarlo. Si no se conoce el consumo medio de un aparato, buscarlo en el manual del fabricante o en internet.
Instalación
Jamás conectar el grupo electrógeno a cualquier enchufe de la casa, sino separar la alimentación eléctrica que viene de la calle de la que proveerá el generador. Esto se hace a través de una llave conmutadora, que hay que instalar antes de la llave térmica, lo que permitirá seleccionar con qué energía alimentaremos la red de la casa. En lo posible, y para prevenir accidentes, instalar un disyuntor luego de la llave conmutadora (junto a la térmica). Los equipos suelen incluir un disyuntor, pero de todas maneras es recomendable instalar otro independiente.
Ubicación
Por la emanación de gases tóxicos debida a la combustión de nafta o gasoil, los grupos electrógenos deben instalarse en una zona segura, ventilada, protegida de la lluvia y conectarlos a tierra a través de una jabalina (todos vienen con una salida para hacerlo).
Puesta en marcha
En caso de corte, debemos arrancar el equipo (mediante la piola o el pulsador eléctrico, según el equipo sea de arranque manual o a batería), conectarlo al tablero mediante un tomacorriente (si es que no está conectado con una instalación prevista para tal fin, como el tablero de la foto de abajo) y seleccionar en la llave conmutadora la línea que llega desde el generador. De esta forma nos aseguraremos de que no se superpongan las corrientes de la calle y del grupo electrógeno cuando vuelva la energía externa. Importante: cada 5 horas de uso es conveniente parar el equipo por 2 horas.
El ruido
En general, estos equipos son ruidosos. Y si bien los manuales indican que no superan los 65 decibeles tolerados por el oído humano, siempre molestan al dueño y a los vecinos. Existen modelos insonorizados (de menor ruido), pero son más caros y casi siempre de menor potencia.
Consejo
A la hora de calcular los consumos, considerar la posibilidad de desenchufar unos equipos para conectar otros (por ejemplo, heladera por microondas), lo que permitirá comprar equipos más chicos, económicos y que consumirán menos combustible (los de 2.000 W consumen un litro de nafta por hora, aproximadamente).
Siempre basar el cálculo en la contingencia, y no en la necesidad de poner toda la casa en funcionamiento. Calcular el consumo de aires acondicionados, planchas y lavarropas es un exceso. Heladera, ventiladores, algunas lámparas y un televisor suelen ser suficientes, por lo que un equipo de 2.400 watts (o 3,3 kVA, que equivale a un consumo de 12 amperes) puede resultar una medida óptima para una emergencia.
Algunas cifras y fórmulas que ayudarán en los cálculos
1 HP consume 760 W. Los ventiladores de techo rara vez tienen más de 1/4 HP; las heladeras 1/3 HP; y los aire acondicionados hogareños, 1,5 HP. Pero en el arranque hay que multiplicar esta cifra por 3.
1 kVA = 0,8 kW
1.000 W = 1,25 kVA
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