La experiencia del trekking que voy a relatar va más allá de un simple caminar en grupo por bonitos senderos. Es una caminata única. Transformadora. Un viaje que comienza en Tilcara para recorrer la Quebrada de Humahuaca y las sierras subandinas. Que transita por caminos legendarios anteriores al Inca. Y que luego de varios días subiendo y bajando cerros, permite acceder a la mítica selva de la yunga jujeña. Es un viaje de lo árido a lo verde y en su transcurrir nuestra mochila se llena de historia, cultura, tradiciones, formas de vida, dificultades, personajes y paisajes increíbles a los que solo se puede acceder caminando o en mula. Siempre sostuve que a los pueblos y a la gente se los conoce viviéndolos. Eso fue lo que hicimos.
Tilcara es el punto de partida. Llegamos un día antes del inicio del trekking. Este pequeño e histórico pueblo jujeño está a 2.461 msnm. La recomendación es estar uno o dos días antes para adaptarse a esa altura. Su mal puede afectar a algunos más que a otros: descomposturas, dolores de cabeza y sensación de falta de aire pueden ser algunos de los síntomas. Por eso es necesario adaptarse antes de iniciar tan largo recorrido, sabiendo de antemano que subiremos a alturas superiores a los 4.000 msnm. Por otro lado, Tilcara y sus alrededores invitan a recorrer otros lugares como Purmamarca, Salinas Grandes, la Garganta del Diablo o el Pucará durante ese día de adaptación.
- Día 1. Por la mañana temprano, el transfer contratado nos pasó a buscar por el hostel para llevarnos al punto de inicio del trekking. No debíamos olvidarnos nada, ya que estaríamos 7 días caminando entre montañas, sin más asistencia que la de nuestros guías y un baqueano. La jornada anterior por la tarde Jorge, el responsable del servicio, nos dio una charla y revisó minuciosamente las mochilas, una por una... Nada debía faltar, pero nada debía sobrar. Olvidarse algo nos puede costar caro, pero llevar cosas innecesarias también significa peso adicional para una travesía de tantos días. Mi equipo de fotografía siempre exige un esfuerzo mayor, ya que cámaras, lentes y trípode son un importante peso adicional. Pero cuando algo te apasiona, no te pesa. Luego de que cada mochila quedó preparada, recién pudimos descansar para iniciar el viaje por la mañana.
- A las 6 AM comenzamos a alejarnos de Tilcara y, de a poco, se perdieron los vestigios de urbanidad. Paramos, nos bajamos y junto a nuestras mochilas quedamos solos en un lugar entre montañas. Solamente se veía un sendero empinado. Por allí iniciaríamos nuestro recorrido. El lugar se lo conoce como Alfarcito, un pequeño caserío a 2.900 msnm. Luego de otra charla iniciamos el recorrido, que a cada paso nos regalaba vistas panorámicas increíbles de toda la Quebrada de Humahuaca: caseríos, cardones, caminantes solitarios y huellas de antiguos pobladores. El entusiasmo hacía que avanzáramos, pero poco a poco se empezó a sentir la presión de la altura. Debíamos caminar lentamente, hidratarnos, respirar profundo y algunos hasta tomábamos té de coca o mascábamos sus milenarias hojas que, nos decían, ayudan a transitar en la Puna. Ese primer trekking fue de 7 horas y llegamos a los 4.200 msnm. El lugar más alto por el que pasamos se llama Campo Laguna, muy duro y lento de transitar. Casi una meseta en lo alto desde donde se logra apreciar el Nevado del Chañi. Chavelo fue el integrante de la expedición que nos brindó el servicio de traslado con sus seis mulas que llevaban la carga pesada con todo lo necesario para sobrevivir esos días. Estos senderos se utilizan desde la época incaica y aún hoy, para llegar a cada lugar, son el único medio de acceso. Todo lo que encontremos en nuestro recorrido ha sido llevado en mulas. Fue al atardecer cuando –exhaustos– llegamos a un pequeño puesto camuflado entre montañas. Corral Ventura se llama la zona. Tomamos algo caliente para reponer fuerzas y por consejo de la dueña del puesto armamos nuestras carpas. La primera noche nos envolvió el sueño entre montañas, con aroma y sonidos de chivas y burros. Todos necesitábamos descansar.
Trekking por el camino de Neruda en la Patagonia
- Día 2. Por la mañana desarmamos campamento, rearmamos mochilas y casi con el amanecer comenzamos a caminar nuevamente. Nuestro destino era llegar a la escuela rural del pequeño caserío de El Durazno, tras unas 6 horas de marcha. Allí concurren los chicos de los puestos de la zona y Chavelo es portero, aunque en realidad cumple otras varias funciones: cocina, lava, arregla la escuela... El camino transcurre por un filo de cerros multicolores, y desde los puntos altos podemos apreciar un cerro detrás de otro sumergido en la inmensidad de la puna. Es difícil imaginarse cómo puede haber pobladores viviendo en ese contexto aislado y de complejo acceso. A lo lejos, en el horizonte, divisamos un manto verde: son las serranías de Calilegua. Hasta allí deberíamos llegar en unos días. Descendimos hasta una quebrada y el caudaloso río Molulo nos acompaña por un momento. Volvemos a trepar y descubrimos la hermosa escuela albergue con la bandera argentina flameando en medio del páramo. Se movilizan emociones muy especiales. Dejamos nuestras mochilas, hicimos una rutina de estiramiento y, tras la merienda y unos mates, salí a fotografíar los alrededores. Un cóndor andino volaba sobre nosotros sin entender nuestra presencia. A los pocos minutos una interesante bruma comenzó a subir desde el río, al tiempo que las nubes empezaban a bajar. Estábamos en una postal. Todo se oscureció. Finalmente, los guías Carlos y Lucía nos prepararon una gran cena en la ahumada cocina de la escuela. Esa noche dormimos en este sencillo albergue pensando en la vida de los alumnos y maestros rurales, que en este período estaban de vacaciones.
- Día 3. Despertarse con la luz del amanecer y escuchar el canto de un gallo mañanero; asomarse y descubrir un lugar puro y musicalizado por el silbido de los pájaros es increíble. De fondo resuena una pequeña radio a pilas que después veremos colgada de una pared de adobe. Tras desayunar, cargamos las mochilas y bajamos hasta cruzar el río El Durazno. Ya del otro lado del cauce tomamos un sendero que nos lleva por un nuevo paisaje: la eco región llamada Chaco Serrano. Allí hay pequeños bosques de tabaquillos y pastizales de altura. En forma lenta comenzaba a aparecer más vegetación sobre el árido suelo y las laderas bajas de cerros y quebradas de las sierras subandinas del Este de Jujuy y centro de Salta. Siete horas continuas caminamos hasta acampar a orillas del río y disfrutar de una tarde en nuestras carpas, mates junto al fogón y, finalmente, una gran cena para llenarnos de energía para el día siguiente.
- Día 4. Temprano emprendimos nuestro recorrido en busca de Molulo: un paraje rural a casi 3.000 msnm en donde nos esperarían dos días de descanso para poder reponernos de cuatro intensas jornadas de caminata. Allí vive un grupo disperso de familias que conforman una comunidad aborigen. Sobran las tradiciones y las sabrosas recetas de comidas totalmente autóctonas. Paramos en el puesto de Felipa, quien nos recibió con las habitaciones ya preparadas para descansar mejor que en una carpa. Un poco más tarde el fogón se encendió y comenzó la ceremonia de la cocina. Fuego, leña, maíz… y en poco tiempo estábamos comiendo tamales y humitas. Salimos a recorrer para tomar unas fotos y cuando regresamos, el horno de barro comenzaba a levantar temperatura: Chavelo preparaba un buen cordero para cocinar en él. En la previa no falto un poco de charqui acompañado de vino. Cenamos dentro de la ahumada cocina de Felipa. Ahumada porque cocinan con fogones, ya que no hay forma de llevar pesadas cocinas hasta el lugar. La sobremesa resultó uno de los momentos de mayor diálogo y aprendizaje mutuo con la familia del puesto. Finalmente, la luna nos invitó a descansar.
- Días 5 y 6. Nos despedimos, y junto a las mulas continuamos con destino a San Lucas. El verde de la geografía se intensifica y contrasta con lo rojo del suelo, el ambiente se torna húmedo y de a poco comenzamos a ingresar a un ecosistema diferente: la yunga en transición. Una gran subida nos asoma a un mirador desde donde apreciamos la inmensidad de las montañas, a veces ocultas por las nubes que nos acompañan por momentos. Luego de caminar por senderos ocultos entre el bosque descubrimos un paraje en plena selva de montaña: habíamos llegado a San Lucas. Teresa e Isaac nos esperaban en su puesto con agua caliente para el mate y unas tortas fritas que compensaron el esfuerzo. Mientras algunos descansaban fotografié una ceremonia de señalada (marca de caballos con hierro caliente). Acto seguido, en un prado verde armamos el campamento, cenamos y disfrutamos de la última noche lejos de la comodidad de nuestros hogares. Por la mañana iniciaríamos en fila india el último tramo entre piedras y cardones espinosos, para terminar en un tupido bosque pleno de vegetación y animales. Cinco húmedas horas de marcha nos pondrían en la confluencia de los ríos San Lucas y Valle, última parada y punto de reflexión acerca de lo vivido: recuerdos, historias de vida, sobresaltos y emociones. No solo demostramos nuestra fortaleza física y anímica, sino que aprendimos a ayudarnos ante la adversidad de situaciones y a funcionar en grupo. La soledad de la montaña nos unió y pudimos lograrlo.
Para agendar:
- El servicio de AcamparTrek está organizado de la siguiente manera: recepción en Tilcara (Jujuy), transfer Tilcara - El Alfarcito, transfer Peña Alta - San Salvador de Jujuy, 1 noche de alojamiento en hostel de Tilcara y 5 noches de alojamiento en campamento. Régimen de comidas: 6 desayunos y 5 meriendas, 6 viandas de marcha, 5 cenas. La empresa provee carpas iglú base 3 personas y equipos de uso general. También, mulas para el transporte de carga en toda la travesía (hasta 5 kg por pasajero), guías y asistentes, seguros de accidentes personales.
Próxima salida: 14 al 20 de mayo. Duración: 7 días / 6 noches. Distancia a recorrer: 60 km. Dificultad: exigente. Tarifa: U$S 470. Inicio del servicio: Tilcara. Fin del servicio: San Salvador de Jujuy.
Contacto: AcamparTrek, Tel.: (0341) 155427965, [email protected]. Instagram: acampartrek_ok. Facebook: acampartrek
El equipo
- Mochila de 60 litros
- 4 Bolso de transporte
- 4 Bolsa de dormir de – 10 ºC
- 4 Aislante o colchoneta
- 4 Gorra para sol y gorro polar
- 4 Anteojos de sol
- 4 Remeras sintéticas
- 4 Buzo polar
- 4 Campera o parka
- 4 Guantes polar
- 4 Calza larga
- 4 Pantalón largo
- 4 Medias de abrigo
- 4 Calzado de trekking
- 4 Muda de ropa de recambio
- 4 Protector solar
- 4 Linterna
- 4 Vajilla (plato, cubiertos
- y vaso)
- 4 Cantimplora
- 4 Bastones de trekking
- 4 Kit de higiene personal
- 4 Comida de marcha
- para los 7 días
Comentarios