El origen de las armas traumáticas se remonta a países donde el uso de elementos letales se encuentra prohibido para guardias civiles –tal como Rusia o China– o, en su defecto, como un accesorio no letal de uso policial. Así nos encontramos desde la rusa OSA, que fue diseñada para disparar cartuchos cargados con agresivos químicos o proyectiles de goma, hasta un accesorio –denominado Alternative Ballistic– que se instala en un arma cargada con munición letal y que la transforma en una traumática.
Si bien la finalidad de todas ellas es la misma, hay que diferenciarlas en dos grupos: las que sólo disparan cartuchos no letales de un calibre especial evitando así la utilización de munición letal o –en otro grupo– las armas de fuego “normales” que, previa colocación de un accesorio o por el uso de cartuchos con proyectiles de goma, se transforman en un arma traumática.
Para nuestra legislación, su uso está regulado respecto a la adquisición, tenencia y portación, ya que entran en la categoría de armas de fuego al disparar un proyectil mediante los gases generados por la combustión de un propelente.
OSA PB 4-2
Un arma de cuatro cañones que se puede cargar con diferente tipo de cartuchos que disparan agresivos químicos de variados efectos, hasta un proyectil único de goma. Esas posibilidades le brindan una gran versatilidad, ya que el operador decide el uso que le va a dar.
Taurus 85 RB
Aquí nos encontramos con un arma de fuego que solamente permite el uso de cartuchos de un calibre especial, con proyectil de goma. De esa forma se impide el cargarlo con munición tradicional. Una de las pocas armas traumáticas que se importó a nuestro país.
Alternative Ballistic
Este elemento permite ser instalado de forma inmediata sobre un arma de fuego. Al disparar, el proyectil letal queda atrapado en la bola frontal, la que sale con gran fuerza para impactar en el oponente. El accesorio se deprende solo y el arma queda lista para realizar un disparo letal.
Munición no letal
En diversos calibres de arma corta, mantienen la configuración del cartucho letal, con la salvedad que carga un proyectil de goma. Su utilización requiere de personal altamente capacitado, para evitar disparos en el rostro o –por error– cargar munición letal.
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