Dorados de 12 a 13 kilos, con carnada, fueron los destacados de esta salida. Foto: Jorge Virgilio

Dorados de 12 a 13 kilos, con carnada, fueron los destacados de esta salida. Foto: Jorge Virgilio

Dorados de 12 a 13 kilos, con carnada, fueron los destacados de esta salida. Foto: Jorge Virgilio

Dorados de 12 a 13 kilos, con carnada, fueron los destacados de esta salida. Foto: Jorge Virgilio

Dorados de 12 a 13 kilos, con carnada, fueron los destacados de esta salida. Foto: Jorge Virgilio

Dorados de 12 a 13 kilos, con carnada, fueron los destacados de esta salida. Foto: Jorge Virgilio

Dorados de 12 a 13 kilos, con carnada, fueron los destacados de esta salida. Foto: Jorge Virgilio

PARA EL RECUERDO

Un safari para dar con los dorados en tiempos de inundación

Se trata de un grupo de cordobeses que se sorprendió por las alternativas que debieron surcar en una salida en búsqueda de buena pesca en Puerto Piracuá, al norte de la provincia de Santa Fe. 

La pesca despierta pasiones que se transmiten de padres a hijos, entre hermanos o con amigos. Genera que se hagan cientos de kilómetros en búsqueda de un pez y poco importa lo que haya que vivir para cumplir ese objetivo. La actividad piscatoria es unión y camaradería, estrecha lazos y nos hace experimentar sensaciones poco habituales, como vivió Guillermo y un grupo de pescadores que visitó Florencia, en el norte de Santa Fe, y para llegar a pescar debió recorrer en lancha el camino que usualmente se hace en vehículo para llegar a Puerto Piracuá. 

Guillermo es un aficionado cordobés que compartió con Weekend Web su vivencia, en virtud a una visita a Florencia Lodge, un prestador de servicios en el norte santafecino, en inmediaciones a Puerto Piracuá. Junto a él, seis amigos fueron parte de una salida más de lo que llaman Córdoba Pesca, un grupo que integran una docena de pescadores que visitan desde hace más de 20 años pesqueros del litoral, los lagos de su provincia o el sur del país. Siempre apuestan por Paso de la Patria, Puerto González o Itatí, pero las alturas elevadas del río en ese momento, hicieron que pensaran en dos destinos de la provincia de Santa Fe, y entre San Javier y Florencia, se jugaron por conocer este último punto.

Una vez en la localidad, se sorprendieron por la inundación, con una llegada hasta las cabañas que fue toda una aventura. Habían hecho desde Córdoba hasta Florencia alrededor de 800 km, para recorrer en auto, hasta el campo unos 5 km más. Allí, se subieron junto a todos los avíos de pesca y elementos necesarios a una lancha, y recorrieron el camino de acceso en lancha por unos 40 minutos de navegación lenta, ya que, al estar todo inundado, era imposible hacerlo en vehículos. Debieron, a marcha lenta, esquivar camalotes, árboles o alambrados, entre otras complicaciones, llegando a destino y tras un descanso, al otro día comenzar con la actividad. 

Según nos contaba Guillermo, los servicios en el Lodge son muy buenos, y cuando se complementan con buena pesca, generan un combo ideal para pensar en volver. En esta ocasión, y en ese contexto de crecida del río, hay que destacar que disfrutaron de una pesca muy entretenida, con algo de variada, principalmente bagres, patíes y la presencia de algunos surubíes y dorados, estos últimos de buen porte, todos con carnada y piezas de 12 a 13 kilos en algunos casos. Los cachorros, oscilaron entre los 7 a 9 kilos. 

No fue una pesca de las más cómodas, hubo que lidiar con contratiempos para cumplir con la salida, pero seguramente, para este grupo de amigos, será una de las tantas historias para no olvidar y contarlas en rondas de asado o mate, rememorando pescas pasadas. La primera vez no será la última para estos pescadores que ya prometieron volver con las condiciones acordes para disfrutar del lugar con mayores comodidades. 

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