En Europa se llega rápidamente de un país al otro en auto. Las
fronteras abiertas no deberían hacer olvidar que, de un
estado al otro, cambian las reglas de tránsito y las penalizaciones
para sus infractores.
Excesos de velocidad pueden ser particularmente caros. Quien supere
en 20 km/h la velocidad máxima en Dinamarca, Francia o Italia, deberá
pagar al menos 135 euros. En Alemania es un tanto menos oneroso: 35. Particularmente severas son las multas en Italia para quienes superen la velocidad máxima en horario nocturno, entre las 22 y las 7 se incrementan en un tercio con respecto a las del día.
Conducir alcoholizado puede llevar al infractor a la cárcel en
Francia o al decomiso del automóvil en Italia. Alemania, España. Otros países europeos mantienen el nivel máximo tolerado de alcohol en sangre en 0,5 g/l, pero en Polonia y Suecia es de 0,2 y en la República Checa y Hungría 0,0 g/l.
Para poder circular libremente por autopistas conviene informarse
sobre el sistema de telepeaje vigente en cada país, a efectos de
contar con el transponder correspondiente. Los conductores europeos
pueden cruzar sin problemas las fronteras si cuentan con el
permiso de conducir de la Unión, válido en los países de la
counidad más Islandia, Liechtenstein y Noruega. Para los
extraeuropeos se recomienda averiguar en cada caso si requieren de un
permiso internacional adicional al del país de residencia.
En caso de accidente es recomendable hacer uso del derecho de
permanecer en silencio. Cualquier declaración puede ser protocolizada
en forma ambigua o errónea, dadas las diferencias de reglas e
idiomas, y una vez registrada puede ser muy complicado rectificarla.
En casos graves puede ser útil recurrir a asistencia consular. La
posesión de la carta internacional de seguros, conocida como la Carta
Verde, facilita las gestiones en situaciones de accidente vial.
Para viajar por el Reino Unido es preferible rentar un auto en el
mismo país, para poder conducir en mejores condiciones por la mano
izquierda. De todos modos requiere de particular concentración para
el conductor acostumbrado al tránsito sobre mano derecha superar la
sensación de estar manejando por el lado “equivocado” de la calle. Al
estar la palanca de cambios sobre la mano izquierda del conductor es
preferible elegir un vehículo de caja automática.
Recorrer países diversos con un auto eléctrico requiere de una buena
planificación. Muchas regiones, sobre todo en el sur de Europa,
carecen prácticamente de estaciones de recarga eléctrica. En Noruega,
en cambio, no existe ningún problema para encontrar alguna.
Independientemente de si se carga electricidad o gasolina, o si
simplemente se hace una pausa en un descanso de la ruta: es riesgoso
dejar la llave de contacto en el auto y las puertas abiertas, sobre
todo en tiempos de vacaciones abundan los ladrones en las paradas de
autopistas.
Si a la vuelta a casa llega una multa desde el extranjero, no es
prudente tirarla al cesto de los papeles. Es muy posible que el brazo
de la ley también cruce las fronteras. Dentro de la Unión
Europea -con excepción de Grecia- se convierten las autoridades
locales en cobradores de las multas impuestas en otros países a
partir de un monto mínimo que varía. En Alemania es a partir de los
70 euros, en Austria ya desde los 25 euros. Pero, en todo caso, es
posible que con gastos administrativos de cobranza transfronteriza se
superen rápidamente los montos mínimos estipulados. Lo mejor es, sin
duda, cuidarse de no cometer infracciones al salir de viaje.
dpa
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