"El monte no se puede pasar, por las espinas, por eso el nombre”, expresó un miembro de la comunidad wichi, señalando las imponentes púas de 20 cm que sobresalen de las plantas. Durante siglos esa zona fue un fortín de nativos, luego bastión del caudillo norteño que luchaba por la libertad y ahora un Parque Nacional. Cada rincón que se descubre en esa mágica provincia da razón al lema que la caracteriza: “Chaco, el secreto de Argentina”.
Uno de esos misterios es la surgente ciudad de Resistencia, que todavía en proceso de remodelación se empieza a parecer de a poco (en lo que respecta a infraestructura) a alguna de las más grandes del país. Es que en el aglomerado de las ciudades cercanas, entre las que se destaca Corrientes, viven más de 800.000 personas.
El trayecto desde el aeropuerto al hotel es curioso: en el camino aparecen esporádicamente algunas esculturas tan diversas como ricas. En la medida que uno se acerca al centro, la densidad aumenta, encontrando decenas en las distintas avenidas. Son parte de la cultura popular. Los más jovenes participan en los eventos y son los guardianes de estas piezas de arte. Es que Resistencia se enorgullece en llamarse la Capital Nacional de las Esculturas, porque en su tierra se levantan más de 600.
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