La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció recientemente una investigación más profunda para determinar el punto exacto en que se contagió con coronavirus el paciente cero. Pero hasta ahora, la hipótesis más aceptada sobre su origen es que saltó de los animales salvajes a los humanos por el contacto en un mercado húmedo de la ciudad de Wuhan, China. Pero, ¿qué hay acerca del contagio inverso: de humanos a animales?
Si bien aún no hay respuestas definitivas, un equipo de investigadores de la Universidad de Bari, de Italia, dio a conocer los resultados preliminares de un estudio que realizó al norte de Italia entre marzo y mayo, momentos en los que tomó muestras nasales, de garganta y rectales de 540 perros y 277 gatos que vivían en hogares con personas infectadas, o en regiones severamente afectadas por COVID-19.
Ninguna de las mascotas dio positivo para el ARN viral del SARS-CoV-2, causante de la enfermedad, pero las pruebas de anticuerpos contra el coronavirus revelaron que “el 3,4 % de los perros y el 3,9 % de los gatos tenían títulos medibles de anticuerpos neutralizantes de SARS-CoV-2, y los perros de hogares positivos para Covid-19 tenían significativamente más probabilidades de dar positivo que aquellos de hogares negativos para la enfermedad”, asegura el estudio.
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Lo más curioso es que las tasas de infección entre perros y gatos fueron similares a las de las personas en Europa al momento de la prueba. Es decir, ambos animales tenían la misma probabilidad de infectarse con el virus SARS-CoV-2 que los humanos. Al inicio de la pandemia, muchos pensaron que las mascotas estaban a salvo del coronavirus, pero a inicios de marzo se dieron a conocer algunos casos de perros que se habían infectado por contacto con sus dueños también enfermos. Semanas después, los expertos afirmaban que las mascotas podían contagiarse, aunque la probabilidad de propagar la enfermedad prometía ser baja dado que los niveles del virus en su cuerpo eran también bajos.
A más de medio año de su aparición han cambiado muchas concepciones iniciales sobre la enfermedad, y también hay más claridad sobre la forma en que afecta a las mascotas, aunque los hallazgos son interesantes pero siguen siendo insuficientes para comprender el fenómeno. Si bien se sabe que estos animales desarrollan infecciones asintomáticas de coronavirus, es necesario indagar más sobre los factores de riesgo asociados y el impacto que este tipo de infecciones pueda tener sobre otras especies.
Referencia: Evidence of exposure to SARS-CoV-2 in cats and dogs from households in Italy. https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2020.07.21.214346v2.full
Este artículo fue publicado antes en Tekcrispy.
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