Se viene el Día del Niño: ¿y si lo llevamos a pescar?

Llevar a pescar a los chicos puede ser muy beneficioso. Son muchos los psicólogos que recomiendan la pesca como una de las actividades más indicadas para que realicen los jóvenes en edades comprendidas entre los 10 y 15 años. Esto, siempre y cuando optemos por un plan acorde que haga que este día, sea inolvidable y no un mal recuerdo. El lugar es clave para la iniciación. Debe tener buenos servicios y algo que no se negocia, abundante pique. En estas ocasiones, más cantidad es mejor que calidad, ya habrá tiempo para ese matungo inolvidable. Los niños quieren acción, y aunque sean ejemplares chicos, hará que la jornada sea entretenida. 

Si su pasión es embarcarse y quiere compartir con él ese momento, no realice salidas largas, entrar a la mañana temprano y salir con la caída del sol puede convertirse en un suplicio para un novato que buscara divertirse, y tantas horas, es probable que lo aburran. En el caso de pescar de orilla, no se preocupe si deja la caña un rato y se va detrás de la redonda a jugar al futbol. La obligación no es un buen aliado, y seguramente, si hay actividad de pesca, en un momento volverá a sentirse atraído por la caña. Tampoco intente que haga todo, que encarne o que saque la pieza del anzuelo. Poco a poco irá sumando cosas que no deben ser incluidas en la primera salida, salvo que el pibe quiera.

Si el pescador rememora sus comienzos, seguro que piensa en las jornadas previas a una salida, ese ritual que todo aficionado hace pensando en que no falte nada. Ahí debe incorporarse al niño, para seguir con esa tradición e ir planificando todos los detalles que son claves. Es tan importante como la salida misma. Se debe estar atento a no olvidarse nada que haga placentera la salida. Si hay mosquitos, no deben faltar el repelente. Si el sol es molesto, la gorra es indispensable, como también, las bebidas, calientes o frías según la estación. Este será un día especial para el niño, vaya pensando en que debe ser así y privilegie eso por sobre su intención de pescar. Ayúdelo, sea su maestro y responda sus preguntas, que serán muchas y deben ser contestadas con la verdad, ya que es un buen momento para que aprenda y también entienda la importancia del cuidado del medio ambiente. No se preocupe por los equipos, un simple mojarrero puede ser el arma para que el niño se divierta, y si nosotros vamos con una caña similar, podremos volver a sentirnos un pibe también. 

Regalarle a hijos, sobrinos o nietos una jornada en contacto con el aire libre y lejos de tanta tecnología, rompiendo con la rutina y el estrés diario, es un buen plan. Y que mejor momento que las proximidades de una fecha tan especial.