Río Negro: 3 playas para combinar pesca y descanso familiar

Las costas rionegrinas son un verdadero edén para los fanáticos de la pesca deportiva, con un litoral atlántico de unos 400 km de extensión que nos ofrecen diversos tipos de costas, alternando zonas bajas y medanosas con sectores barrancosos que forman a veces grandes acantilados interrumpidos por la boca de los ríos y arroyos. Allí encontramos innumerables pesqueros, tanto al sur como al norte de San Antonio Oeste. Destacamos La Rinconada, quizás uno de los pesqueros más tradicionales, las costas de Las Grutas propiamente dichas, la quinta bajada, el Paso, además de Las Coloradas, El Buque, El Tanque y El Sótano. Además, al norte, buenos pesqueros son La Alcantarilla o La conchilla.

Cerca de la ciudad, un balconcito ideal para los que adoran probar suerte con la caña es la Bajada 0, un lugar ubicado sobre la costanera, muy cerquita de la primera bajada, que parece escondido de la afluencia masiva, pero conocen de memoria los pescadores. Un sector que cuando el mar sube, uno de los descansos de las escalinatas se convierte en el escenario perfecto para tirar el anzuelo y esperar los buenos piques, que suelen darse durante todo el año, aún en tiempo estival.

A pocos minutos del centro de Las Grutas, otro destino para destacar es Piedras Coloradas, a solo 5 kilómetros hacia el sur. El nombre proviene de sus imponentes rocas rojizas, salpicadas a lo largo de la costa. Este fenómeno natural se debe a la presencia de feldespato, un mineral que otorga a las piedras su distintivo color brillante, especialmente cuando los rayos del sol las iluminan. A diferencia de las playas más céntricas, Piedras Coloradas ofrece una gran extensión de costa, lo que asegura espacio suficiente para quienes desean disfrutar del mar en tranquilidad, incluso durante la marea alta. Allí hay una infraestructura básica, paradores donde se pueden disfrutar de opciones gastronómicas para todos los gustos, alquiler de refugios o carpas que ofrecen sombra y mobiliario para pasar el día junto al mar con total comodidad. Piedras Coloradas es, sin dudas, un destino que combina lo mejor de la naturaleza con servicios esenciales para disfrutar de una jornada de playa inolvidable.

La Rinconada, ubicada sobre el acceso norte de Las Grutas, es uno de los lugares elegidos por los amantes de la pesca que encuentran en su costa el hábitat de pejerreyes, sargos y una linda variedad de peces para disfrutar caña en mano. Se trata de una playa tranquila bordeada por un alto acantilado que, en algunos tramos, dibuja cuevas y hondonadas. El lugar es uno de los que se queda casi sin playa durante la pleamar, por eso hay que estar muy atentos a la tabla de mareas. Cuando se da esa situación de mar lleno es el momento ideal para los pescadores, que, acodados en las escalinatas, lanzan sus líneas a la costa. Durante la bajamar el paisaje es bien distinto, porque se devela una restinga que permite ver la vida que palpita bajo el agua. Más allá de la belleza del paisaje, el sector cuenta con un parador que funciona durante todo el día, hay bebidas y comestibles a la venta, y también existe un restaurante que ofrece desde meriendas hasta ricas comidas, que priorizan la pesca del día. Un dato a tener en cuenta, días pasados, a través de la Ordenanza Nº 7.372, la bajada La Rinconada fue designada como la Playa Amigable pet- friendly. Entre las normativas establecidas, se destaca la obligación para los propietarios, poseedores, tenedores o paseadores de perros deben llevar las bolsas para recoger la materia fecal de sus animales. Además, los animales deberán estar identificados con una chapa y circular con collar y correa.

Las Grutas no solo es un destino de verano, todo el año nos brinda una oferta amplia de alternativas para disfrute tanto del pescador como de la familia, ya que no nos olvidemos que es, en el último tiempo, uno de los sitios vedette para la pesca del pejerrey corno o manila, tan ausente en costas bonaerenses. Para agendar y no olvidar que desde 2024 entró en vigencia en Río Negro la Ley 5.706 que impone la obligación de obtener un permiso para la pesca recreativa en el mar, similar al que rige para la actividad en los ríos y lagos. Cumpliendo con el reglamento como corresponde.