El invierno se iba despidiendo de a poco, y las condiciones del río en los primeros días de septiembre eran favorables, por lo que aprovechando un viaje de regreso del Norte por la Ruta 14, decidimos hacer una parada e ir por los dorados de la zona de Salto Chico, en las inmediaciones de Concordia, un destino en el que los grandes dorados están presentes.
La pesca la concretamos el domingo 7 junto a nuestro guía y referente en la región, Germ{an Vázquez. El día se presentó con mucho frío, mostrándonos el rigor invernal en su máxima expresión y un río que, por esos momentos, se encontraba en unos 6 m, una cota buena para pescar tras tocar picos de 13 m en los meses de junio y julio, cuando por las inundaciones la zona parecía un mar. Esa estabilidad del río permitía ilusionarse con una buena pesca y nuestra corta visita nos daría un claro panorama de la actualidad del pique.
Poco había pasado de las 8 de la mañana cuando estábamos embarcando en el Club de Pesca Concordia y haciendo los primeros intentos agua arriba hacia Salto Chico donde German nos indicaba que hay desniveles rocosos muy profundos´: de 6 se pasa a los 15 m en una caída abrupta donde los cazadores pueden acechar a sus presas. Unsamos carnada viva, pequeñas anguilas y sabalines que son un caramelito para las poderosas dentaduras de los dorados. Por el lado de los aparejos, fueron muy simples. Sólo un leader de acero, al cual se le puede colocar una munición de 5 g para que descienda más rápido.
Dorados invernales con mosca en San Fernando
El primer pique se sintió fuerte en el multifilamento de 0,22 milímetros. Trabé el reel y clavé firmemente pero el multi rozó la piedra y cortó. Rápidamente Germano nos armó otro leader y volvimos a la acción. En el segundo pique no fallamos y la llevada fue en una linda corredera con mucha turbulencia. Al parecer, ese día las pequeñas anguilas eran las predilectas de los dorados, ignorando los sabalines y los señuelos. Durante las tres horas que pescamos fuimos observando varias lanchas practicando trolling sin buenos resultados.
Volvimos aguas arriba para iniciar otro garete y a pocos metros de lanzar la anguila tuve un pique firme, el pez tomó mi carnada y, con una fuerte corrida, me sacó 30 m de multifilamento rápidamente. En el primer salto pasó por encima de la línea de mi compañera de salida, Gladys. Germán lo vio y manifestó que se trataba de un gran dorado. En el segundo salto lo pude apreciar realizando un hermoso y saltó cerca de la embarcación dibujando su gran silueta sobre el río Uruguay. Este combativo ejemplar nos regaló saltos inolvidables hasta que, extenuado, lo pudimos subir para liberar el anzuelo y devolverlo en perfecto estado.
Cuando se acercaba el mediodía, y con varios piques más, dimos por finalizada esta mini jornada de pesca. La zona de Salto Chico tiene sus trofeos que esperan al pescador, una fiesta de piques de dorados de muy buenos tamaños, siempre y cuando la altura del río lo permita.
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