El viaje a la costa bonaerense con el equipo de pesca es el preludio a la búsqueda de la paz que ofrece la playa, el escenario ideal para dar rienda suelta a la pasión piscatoria. Pero los muelles representan otra alternativa, atrayendo a los pescadores con la promesa de capturas a corta distancia y un abanico de servicios. Desde muelles públicos y económicos hasta opciones privadas para socios, analizamos la oferta de los que se posicionan entre los más concurridos cada temporada.

- San Clemente del Tuyú: Este muelle es una obra construida en 1967 e inaugurada un año después, de hormigón armado y con un largo de 129 m. Ubicado en Costanera y diagonal 63, es administrado por el Club Social Pesca Náutica y Fomento de la ciudad y está abierto las 24 horas. Cuenta con proveeduría, venta de carnadas y artículos de pesca. Fue noticia a finales de 2024 por su clausura ante las falencias edilicias, pero tras unas reformas, volvió a habilitarse en el verano de 2025. Por estos tiempos, los mejores resultados se centraron en los escardones, con una variada que recién asoma tímidamente.

- Santa Teresita: Ubicado en la calle 38 y Av. Costanera, es uno de los más extensos del Partido de la Costa, con 200 m de largo y un ancho que varía entre 1,50 a 3,00 m, con alumbrado público propio para uso nocturno. Allí se pueden alquilar mediomundos. Cuenta con proveeduría al ingreso y sanitarios, abierto las 24 horas. Está ubicado en Costanera y 38. Brinda buenas chances para los fanáticos del pejerrey en el muelle, pescando con tres boyitas. Hay buena cantidad y también se da algo de variada, especialmente algunas rayas, esporádicas noches con lindas pescadillas y, en forma aislada, corvinas rubias, muy de vez en cuando. Con medio mundo, momentos de camarón.
- Mar del Tuyú: Comenzó a erigirse en el año 1950 por orden del fundador de la localidad, Arturo D´Elía, y a poco de quedar terminado, una sudestada lo rompió y obligó a ser reconstruido, culminando en 1951 la obra final. Fue hecho en madera de quebracho colorado que fue traída desde la provincia de Chaco. Con poco más de 100 m de largo por 4 m de alto, durante el pico de la bajante solo es posible pescar desde el morro, de unos 20 m de extensión y hacía adelante.
- La Lucila del Mar: En Avenida Costanera y Rebagliatti, con unos 100 m de extensión y construido íntegramente de madera, posee un refugio con cerramiento en su morro que nos permite protegernos en malas condiciones. Un lugar muy familiar pero que, por el momento, permanece cerrado por refacciones. Se espera que por un mes más continúe de la misma forma. En un gran gesto, mientras el muelle permanece cerrado, el Club de Pesca de San Clemente abrió sus puertas a los socios de la localidad vecina. En tiempos donde la cooperación no siempre abunda, un gesto entre instituciones costeras marca la diferencia.

- Mar de Ajó: Se trata del muelle más largo de la costa atlántica, con 270 m. En su extremo tiene un morro de 20 por 25 m y su estructura es de hormigón armado. La construcción original arrancó en 1936 y desde 1966 está a cargo del Club de Pesca y Náutica Mar de Ajó. Iluminado en toda su extensión y abierto las 24 horas, este espigón cuenta con servicios de venta de carnadas, alquiler de mediomundos, proveedurías y sanitarios. A días de la primavera, los cañófilos disfrutan de alguna brótola, corvina aislada, raya y bagres, con la siempre latente chance de los pejes. Los fanas de la colada de agua, dieron con alguna buena jornada con medio mundo, con camarones, pejerreyes y cornalitos.
- Villa Gesell, construido en el año 1970 y actualmente concesionado al Club de Caza y Pesca de Villa Gesell quien se encarga de administrarlo. Ubicado a la altura del paseo 129, a pocos metros de la Avenida 3, tiene un morro de 6 metros de ancho y 150 metros de largo. Aún no explotó la pesca, pero suele ser un lugar muy rendidor. Avanzada la primavera nos brindará corvinas rubias, bagres de todo tamaño, peritas, roncadoras, carboneras y el resto de la variada. Buena anchoa y langostino son claves para disfrutar de buen pique. Con medio mundo pueden darse camarones, pejerreyes, lisas y cornalitos, según la época. La pesca nocturna se lleva las palmas, con un muelle que cuenta con iluminación eléctrica, baño y kiosco. Obviamente, la comodidad de pescar con luz, ganándole metros al mar y con mayores chances de pique siempre tiene alguna contra, y en este caso, hay que lidiar con algunos cañófilos de poca experiencia con equipos poco adecuados, plomos muy livianos que no anclan o a los que les cuesta ubicarse tras un lanzamiento, situaciones que se solucionan con paciencia y explicándoles cómo moverse a estos novatos aficionados en la modalidad.

- Pinamar: Metido unos 70 metros en el océano, este muelle es una gran opción aunque no viene rindiendo bien en las últimas dos semanas. En las últimas horas, activaron un poco las pescadillas en la tarde y por la noche, sumando alguna brótola y rayas. En este muelle, la entrada es muy accesible y está abierto las 24 horas todos los días. Además, cuenta con un quiosco, con algunos artículos de pesca, como plomadas, líneas y chicotes, pensando en los más desprevenidos.

- Mar del Plata: El Club de Pesca Mar del Plata cumplió hace poco tiempo cien años. Nació para reemplazar al viejo muelle Lavorante y se convirtió en toda una postal de la ciudad. Desde la vista que ofrece hasta los icónicos carteles de publicidad que lució y luce en su cima, el “Muelle de los pescadores” es una de las fotos obligadas para marplatenses y turistas. Su pesca es rendidora por momentos, aunque el ingreso es limitado, en su morro, a sus socios que disfrutan de este magnífico sitio.
- Miramar: La historia dice que a principios de 1900, la abundancia de pescado en la zona era tal, que la necesidad de contar con un muelle que permitiese pescar “aguas adentro” se volvió una de las necesidades. Fue así que en el año 1908, la localidad ya contaba con su propio muelle de madera. Tres años más tarde, un temporal lo dejó prácticamente inutilizado. Tras varias construcciones que no perduraron, recién en 1926 comenzaron las tareas para el actual. El proyecto original estaba formado por una estructura de hormigón armado, pero la empresa europea a cargo de la construcción no pudo cumplir y optó por abandonar la tarea. Finalmente, en el año 1934 se concluye la obra, quedando el muelle reducido al tamaño que posee actualmente, luego de sufrir también otros grandes temporales que obligaron a restaurarlo y a modificarlo para garantizar la seguridad. El día 26 de junio de 1999, con la presencia del intendente municipal y del público en general, se inauguraron las reformas. Hoy, este sitio es uno de los destacados pesqueros de la ciudad, brindando por estos días buenas capturas de peces elefantes, las primeras corvinas, peces palos, pescadillas y escardones. Un verdadero orgullo para los pescadores locales y para todo aquel que quiera contemplar la ciudad de noche, desde el mar y a la luz de la luna.

Pescar en un muelle no es solo ganarle metros al mar y tener más chances, también es meterse en un mundo muy especial, con personajes que son clásicos de cada localidad, con emblemas de la pesca local y un espacio para conocer historias. Adentrándonos en el océano, un plan para tener en cuenta en los meses más cálidos que se vienen.






























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