La pesca de la lisa explotó en Mar Chiquita y diciembre se convirtió en el mes bisagra para una especie tan buscada como desafiante. Tras un inicio de temporada irregular, marcado por condiciones climáticas poco favorables, el panorama cambió de manera rotunda en las últimas semanas. El ingreso de agua de mar impulsado por el viento y el sostenido aumento de la temperatura generaron el escenario ideal para que la lisa se afirme en la albufera y active su alimentación.
Durante las primeras salidas de la temporada el pique fue intermitente y lejos de las expectativas. Sin embargo, con la llegada de las bunas temperaturas, el pez comenzó a mostrarse mucho más activo. Las jornadas actuales entregan ejemplares grandes, combativos y en cantidad, confirmando una vez más por qué Mar Chiquita es uno de los destinos más calificados para esta pesca tan técnica.

Uno de los referentes de la zona, Julio Giuliani, guía en la laguna junto a su hermano Manuel, viene registrando salidas más que positivas. “No es un pique constante, pero las lisas hacen pasadas y cuando entran, el resultado final es excelente”, resume. Los peces, verdaderos torpedos, ofrecieron la potencia habitual que caracteriza a la especie. Entre los sectores que mejor rindieron se destacaron la Segunda Goma, la zona del Mangrullo, al norte del Recreo San Gabriel, y el final de la línea de palos del Recreo Juan y Juan. Este último suma un atractivo especial: la bahía del Arroyo Sotelo, un clásico cuando la lisa busca refugio ante condiciones que no le resultan favorables.

Carnadas y aparejos
En cuanto a la carnada, hay una clara ganadora. El peceto o la panza de lisa cortados en tiritas y teñidos de rojo marcaron la diferencia. Algunos pescadores suman atrayentes comerciales, esencias de anís o vainilla, e incluso purpurina, para potenciar el engaño. La línea, en tanto, sigue siendo la tradicional y efectiva: aparejo de cinco boyas, con tres dobles conos y dos pilotines, anzuelos sin brazolada sujetos a un esmerillón con mosquetón. La longitud ideal ronda los 4,60 metros desde el esmerillón al plomo, con colores blanco o verde como los más rendidores. Giuliani destaca además un punto clave: en sus guiadas brindan equipos completos, líneas y carnadas, algo fundamental en una pesca tan específica. La clave, coinciden los que conocen el ámbito, pasa por encontrar la laguna con buen nivel de agua, como ocurre actualmente, y sectores limpios, sin exceso de sedimento ni turbidez. El menor aporte de agua dulce por canales y arroyos también juega a favor.

Mar Chiquita vuelve a demostrar que es un ámbito impredecible y fascinante. A la lisa se le suman pejerreyes muy activos en la albufera y, para los que se animan a la costa, la posibilidad de completar un verdadero Grand Slam con corvinas negras, lenguados y hasta tiburones. Un destino que paga todo el año, pero que en primavera y verano suele dar lo mejor.

Servicios
- JMG Pesca – Julio y Manuel Giuliani. Guías para pesca de pejerrey y lisa. Tel.: (0223) 5430775 / (0223) 5453956. En redes: Instagram y Facebook.
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