
- De langostinos en Punto Mona: aquí la propuesta culinaria incorpora preparaciones que destacan por su desarrollo técnico y por la combinación precisa de ingredientes. Entre ellas se encuentra la empanada de langostinos, elaborada con un relleno que integra leche de coco, jengibre, jalapeño y salsa llajua, y que se acompaña con un dip de tomate casero que aporta contraste y untuosidad. Se sirven de a dos y es ideal para pedir junto con otros platitos y compartir en el centro de la mesa. La carta permite acompañar este bocado con cócteles de autor creados por Mona Gallosi -como el Moscow Mule o el Agua de Vida-, cuya composición está pensada para complementar la frescura y la intensidad del plato. El espacio, ubicado en una ex fábrica recuperada en Chacarita, articula estética industrial y una experiencia sensorial que reúne coctelería, cocina y un servicio orientado al detalle. Dirección: Fraga 93, CABA.

- De ceviche en La Pescadorita: aquí la propuesta marina incorpora una preparación distintiva: la empanada encevichada, elaborada con masa artesanal y un relleno que combina pesca del día y mariscos integrados en leche de tigre, junto con choclo, cilantro, cebolla morada y lima. Este formato permite trasladar los sabores propios del ceviche a una pieza caliente y de textura firme, acompañada por un dip a base de salsa fresca que complementa la acidez y el carácter del relleno. Se puede pedir como entrada y llegan a la mesa de a dos unidades. Esta especialidad puede disfrutarse con un vino blanco bien frío -como un Sauvignon Blanc- o con opciones de coctelería ligera de la barra. Con más de una década de presencia en Palermo, el restaurante continúa ampliando su repertorio con preparaciones que ponen en valor productos provenientes de Mar del Plata y de distintas zonas del sur del país. Dirección: Humboldt 1905, CABA.

- De osobuco estofado y cocina en horno de leña en Hierro Bodegón: el mismo team detrás de Hierro Casa de Fuegos desembarcó en Palermo Hollywood con una propuesta que combina cocina porteña criolla aggiornada y recetas propias trabajadas desde una mirada actual, para compartir en un espacio amplio y canchero, con mobiliario moderno y una gran barra. Entre las opciones para picar, hay un clásico que se vuelve protagonista desde el primer bocado: la empanada de osobuco, uno de los hits de la carta. El secreto está en el proceso: “Usamos una masa casera, artesanal y bien crocante, y un relleno de osobuco estofado lentamente hasta lograr una carne tierna y jugosa”, explica el chef Claudio Román. La cocción final se hace en horno alimentado a leña y se acompaña con cebolla cítrica, que además de sumar frescura ayuda a limpiar el paladar para seguir recorriendo el menú que incluye charcutería, carnes a las brasas, pastas y más. Dirección: Fitz Roy 1722, CABA.

- De vacío en Foga: ubicado en la esquina de Thames y Honduras, la propuesta está centrada en sabores ahumados. Su carta recorre cortes tratados en cocciones prolongadas y preparaciones que integran panes, vegetales y proteínas expuestas al humo. Dentro de las entradas se destaca la empanada de vacío, elaborada con vacío ahumado desmechado, queso provolone y una mezcla de especias que destacan en un relleno único. La masa casera permite que el ahumado se integre sin desplazar aromas y la cocción al horno le da crocancia y envuelve un interior húmedo y lleno de sabor, ideal para acompañar con la gran selección de vinos de su imponente cava. Dirección: Honduras 5098, CABA.


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- De mexican pibil pork y big burguer en Mi Gusto: una parada obligada para quienes buscan empanadas originales, contundentes y con identidad propia. Su repertorio funciona como un viaje por sabores poco habituales: desde la Mexican Pibil Pork, con bondiola de larga cocción al achiote, porotos negros y el contraste fresco de la crema ácida y la cebolla encurtida, hasta la Vacío y Provoleta, que reúne vacío asado desmechado, chimichurri casero y un fundido irresistible de quesos. También aparece la Big Burger, un guiño directo al fast food con blend de carnes, doble bacon, cheddar, pepinillos y salsa Big, y la Matambre a la Pizza, donde el matambre ahumado, la muzza y el provolone gratinado logran una versión portátil del clásico argentino. Para los amantes del toque dulce-salado, la Panceta y Ciruela aporta un perfil más goloso y reconfortante. Y para quienes buscan romper moldes, Mi Gusto suma la Crunchy, una edición especial de carne desmechada en masa hojaldrada, salsa ácida con tajín y un topping de Doritos Flaming Hot: una bomba crujiente, vibrante y audaz que redefine los límites de la empanada clásica.

- De tortilla y mondongo en Mondongo & Coliflor: aquí las empanadas son protagonistas de la mesa y un fiel reflejo de la esencia bodegonera de esta cantina de Parque Chacabuco. La de mondongo, ya convertida en un clásico de la casa, combina su ingrediente estrella con morrón rojo, cebolla, cuero de panceta, chorizo colorado, cebolla de verdeo y ajo, logrando un relleno intenso y suave que se desarma en cada bocado. No menos sorprendente es la empanada de tortilla, una original versión de la tradicional tortilla de papas, con queso fundente en su interior y un toque distintivo de aceite de pimentón casero elaborado con ajo y pimentón de la Vera. A estas se suma la de carne cortada a cuchillo, todas fritas en la medida justa para obtener un dorado parejo y una textura crocante sin exceso de aceite. El maridaje ideal: una cerveza bien fría o un vermut de la casa, infusionado con earl grey y naranja, para redondear la experiencia. Dirección: Del Barco Centenera 1698, CABA.

- De mozzarella, berenjenas y salsa de tomates mendocinos en Orno: es la cantina ítalo-pop de Palermo donde todo se piensa para compartir, las empanadas ocupan un lugar especial en la mesa. Entre todas -carne cortada a cuchillo, bondiola braseada, cebolla y queso, pollo al verdeo- brilla una por su diferencial: la de mozzarella, berenjena y salsa de tomates mendocinos, jugosa, aromática y con ese equilibrio perfecto entre dulzor, acidez y textura. Puede pedirse frita o al horno de leña (sólo para consumo en el local), y su salsa se prepara con tomates de Mendoza, elegidos por su sabor fresco, su jugosidad natural y la calidad de una región donde la producción es referente. Ideal para abrir la noche entre amigos, para acompañar una ronda de platitos o para disfrutar con un vermut de la casa en pingüino, una copa de vino fresco o un cóctel de la barra comandada por Flavia Arroyo. Dirección: Guatemala 4701, CABA.

- De picante de langostinos y queso gouda en Barra Chalaca: en la barra cebichera de Gastón Acurio que recientemente abrió su tercera sucursal, cada detalle refleja la frescura y el espíritu peruano. Entre sus especialidades, las empanadas de picante de langostinos se sirven en pares, con masa criolla frita dorada y crocante, y un relleno que combina queso gouda con langostinos, ají y pan remojado en leche, para un picante equilibrado y sabroso. A la mesa llegan acompañadas de gajos de limón, listos para realzar cada bocado. Estas empanadas también dan cuenta de la creatividad de la barra, que fusiona la gastronomía peruana con otras cocinas, ofreciendo platos pensados para compartir y disfrutar en un ambiente distendido y auténtico. Direcciones: Arévalo 1392; Bulnes 2579 y Montañeses 2599, CABA.

- De hongos con relish de pera en Funga: en la sección “Para picar” de Funga -el restaurante de Colegiales que pone a los hongos en el centro de su cocina-, las empanadas fritas de masa tradicional se ganan un lugar propio. El relleno combina un mix de portobellos, champiñones, gírgolas y hongos de pino, que aportan distintos matices de aroma y mordida. A esa base se suma mozzarella y un relish casero de pera, preparado con la fruta cocida a fuego lento, ligeramente especiada y reducida hasta lograr un punto agridulce que equilibra la intensidad del relleno. El resultado es una empanada con textura crocante por fuera y jugosa por dentro, donde cada bocado mezcla umami, suavidad y un toque fresco de fruta. Dirección: Zapiola 1375, CABA.

- De maíz en Ronconcon: ubicado en una casona de Caballito, propone un recorrido por los sabores de Latinoamérica con una cocina que fusiona recetas de Venezuela, Colombia, México y Perú bajo una impronta casera. Como entrada, picoteo o para acompañar sus platos, proponen diferentes amasijos, como la empanada frita de osobuco y papa. El osobuco se limpia y se separan los huesos y el tuétano, que se funde para sellar la carne y los vegetales. Luego se cocina a fuego bajo junto con vino tinto, especias tostadas y hierbas durante tres horas hasta que la carne esté tierna. Se integra con papa cocida y triturada en el mismo caldo reducido, logrando un relleno untuoso y sabroso. La empanada se elabora con masa de maíz, y se acompaña con salsa de ajo y perejil y mojo colombiano, una salsa típica a base de cebolla morada, ajo, verdeo, jalapeño, tallos de cilantro y perejil. De beber, la casa ofrece cócteles de impronta latina, ideales para acompañar la intensidad del plato. Entre los recomendados aparece el Ronpapelón, preparado con ron Santa Teresa Añejo, papelón, lima y especias, y también el Gimlet Caribe, una mezcla fresca con gin Merle, flor de Jamaica y un perfil frutal que acompaña perfecto la cocina de la casa. Dirección: Beauchef 527, CABA.

- De lomo saltado y azúcar impalpable en Tanta: cocina criolla peruana con un enfoque actual y platos abundantes llenos de sabor casero, incorpora entre sus propuestas una empanada tan original como representativa de su identidad culinaria. Se trata de La Empanada de Lomo Saltado, elaborada con una masa tradicional de harina, grasa y manteca, y un relleno jugoso que combina lomo, ají amarillo, cebolla morada, tomate, papa, demi-glace, salsa achifado y un toque de orégano. Su rasgo más distintivo es el espolvoreado final de azúcar impalpable, que aporta un toque dulce, acompañado de gajos de lima. El acompañamiento ideal se encuentra en su amplia variedad de bebidas como el Pisco Sour clásico o la Pomelada. Dirección: Esmeralda 938, CABA.

- De carne, langostinos o humita y brie en La Terraza de la Carbonera: en lo alto de un edificio centenario se despliega una propuesta porteña contemporánea donde el fuego, la estacionalidad y la impronta barrial conviven bajo una estructura vidriada que llena el espacio de luz natural. Dentro de su apartado de Platitos Carboneros, las empanadas ocupan un lugar especial con combinaciones que reinterpretan sabores tradicionales con un toque moderno: la de carne con salsa yasgua; la de langostinos y queso con mojo verde, y la de humita con queso Brie. Para acompañar, ofrecen vermut artesanal, un Gin & Tonic o una copa de vino patagónico, ideales para compartir y disfrutar del espíritu de esta terraza secreta ubicada en San Telmo. Dirección: Carlos Calvo 299, esquina Balcarce, CABA.
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