Aunque para el más apasionado de los aficionados, las cuestiones económicas no son tan tenidas en cuenta, para muchos, salir a pescar y volver con las manos vacías, significa un paso en falso. Con muchos pescadores que no aplican conceptos claves, aprovechamos este fin de semana para refrescarlos, pensando en la próxima salida lagunera.
La crisis de la mojarra
Si salimos a una laguna o cualquier espejo de agua, ir surtidos solamente de una bolsa de mojarras es jugarnos al azar. Un preparado aficionado debe acompañar la misma con un surtido de carnadas, que pueden variar, dependiendo del ámbito. Pensando en espejos bonaerenses, un filet de dientudo como de pejerrey no debería faltar, tampoco uno de magrú o de anchoa que son muy rendidores en lagunas del sur bonaerense. Lombriz o camarón b puede pagar bien en pleno invierno, como también, los colorantes o saborizantes. En la variedad más chances de encontrar lo que atraiga al pez en ese momento, trabajando durante la jornada de pesca con distintas alternativas.
Pejerreyes: consejos para clavar mejor
El incorrecto armado de los aparejos puede significar gran parte de un fiasco. A flote, prestar atención a la trampa, según la condición puede ser necesario que corra bastante en la línea o que quede casi fija. La separación entre boyas es clave, normalmente muchos buscan pescar más cómodos, con líneas más cortas, pero el aparejo pierde naturalidad. También el uso de nudos corredizos asegura que la resistencia del nylon sea mucho mayor que si usamos nudos fijos.
Las boyas para pescar pejerrey a flote
Al visitar un ámbito por primera vez, y no tenemos datos previos, es clave utilizar un aparejo del tipo paternóster para advertir donde está comiendo el pejerrey. Algunos varían esta opción con una línea X15, que también trabaja distintas profundidades. Estar horas intentando la pesca en una franja, sin probar otras, es un camino directo al chasco.
El encarne es otro punto que puede marcar la diferencia entre fracasar o lograr una pesca interesante. Tradicionalmente encarnamos la mojarra de cola a cabeza, pero el librito no siempre se debe respetar. Cambios en la forma del encarne pueden ser muy útiles y rendidores.
Al clavar una pieza, la tensión debe ser constante. Si se pierde, es muy factible que la captura no se concrete y el pejerrey se suelte. Se abre un ojal en el labio protráctil y el pez lograra zafar el anzuelo. Sin dudas, detener la recogida es sinónimo de perder el pique.
Encontrar el timing de la clavada es muy importante. Dejarlo comer muchas veces es la receta del éxito, aunque otras veces, no sea necesario respetar esa premisa. A fondo, intuición y observación se conjugan para ver en que momento de la llevada o en la aflojada nos conviene encañar.
Usando nylon, es clave verlo, por eso recomendamos los colores flúor, perceptibles casi en cualquier condición, y embeberlos en flota líneas. Si lo hacemos con multi, esto no suele ser necesario.
Si pescamos embarcados, no olvidemos que estamos alterando el ámbito. Cuando más sigilosos se actúe, mucho mejor, y esto no se refiere a no hablar en el bote, no hacer ruido. Nos referimos a movimientos bruscos, como puede ser el lanzamiento del ancla, que debe ser suave, lo mismo que si usamos muerto. Claro está, que, si nos movemos tranquilos, sin zapatear arriba del bote, puede ser beneficioso.
Si pescamos al garete, o contra garete, regular la velocidad del mismo es clave. Lo mismo si pescamos anclados, ya que la velocidad en que navegan las boyas influye de sobre manera.
El último detalle que vamos a remarcar, es uno que advertimos mucho en el pasado, y ahora cada vez se ve menos, donde el aficionado va dejando de lado el desafío de encontrarle la vuelta a un pesquero solo. Si vamos a un ámbito desconocido, la ayuda de un baqueano o guía significa acortar caminos y llevarnos a una pesca más segura, aunque sabemos que nuestra actividad no es una ciencia exacta, y todo puede fallar. Aceptar los consejos del guía son claves, tiene miles de horas en el agua y conoce el comportamiento del pejerrey como la palma de su mano. Obviar este detalle genera una perdida importante de dinero y de tiempo, ya que pagamos por un servicio del que no estamos utilizando como corresponde.
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