Bagres de mar y doradillos, combo para arrancar diciembre en el Río de la Plata

Ya habíamos comentado que tras dejar de lado los pejerreyes, los equipos apuntaban hacía otra especie que es la atracción en estos tiempos. Hablamos del bagre de mar o mimoso, una entretenida pesca que se realiza en zona de pozones, entre 8 y 10 m de profundidad.

La salida en Berisso, desde Marinas del Sur, para adentrarnos en el Río de la Plata con rumbo este noreste a la zona donde usualmente vamos por los bagres de mar, en inmediaciones al canal Mitre, en el km 64. Era un trayecto de 20 km, con viento noreste y mayor a lo pronosticado, es decir, en contra, lo que hizo un poco complicada la navegación. Había que ir despacio para que no golpee el tracker que llevaba un grupo de cuatro pescadores amigos más, siendo de la partida Jorge Damario, Juan Perón, Pitu Aguirre y Jose Augurusa.

Una vez en la zona elegida, con un río en bajante y una marea que debía cambiar cerca del mediodía, algo que nunca ocurrió, armamos los equipos. Utilizamos cañas de 2,10 a 2,70 m de 15 a 25 libras al igual que los reeles que pueden ser frontales o rotativos. Los aparejos fueron de uno o dos anzuelos, con plomo corredizo la mayoría, aunque también con líneas convencionales, con plomo fijo y brazolada de un metro. La idea es que flamee la carnada y atraer al pez. Dependiendo la correntada, los plomos son de 80 a 120 gramos, y los encarnes, con anchoa.

Como contábamos, el cambio de marea no ocurrió, sino que siguió bajando lentamente, eso hizo que el agua corra poco, algo que no le gusta al bagre de mar para moverse a comer. A mayor correntada, este pez se activa más.  El pique no acompañó en abundancia, pero nos dejó lograr doce bagres, dos que pasaron los tres kilos, mientras que los otros promediaron los 2 a 2 kilos y medio.

Un dato importante, como todo pez de mar, gastronómicamente el bagre es muy rico y tiene mucha carne para aprovechar, hay varias recetas muy fáciles de realizar, convirtiendo este ejemplar en un digno rival desde la pesca deportiva, pero también, en un plato muy tentador para la mesa familiar.

Pasadas las 14.30 hs, sin cambios en el río, con un viento que volvió a afirmarse tras un rato que había amainado, decidimos regresar a puerto, no sin antes pasar por los canales del Delta de Ensenada, para intentar por la zona del astillero Río Santiago e inmediaciones de los clubes Náutico y Regatas, a intentar con los doradillos con señuelos. Practicando bait y trolling, dimos con algunas capturas para devolver. Usaron señuelos de paleta media, chicos que no profundizan demasiado.

Diciembre nos brindará la chance de épicas pescas de bagres de mar y la chance siempre presente de los doradillos. No duden en hacerlo, y si no tienen embarcación, Berisso ofrece una amplia cantidad de buenos guías que brindan buen servicio.