Adiós al padre de un reel mítico para los argentinos: Fidel Castorani

Para varias generaciones de pescadores hubo un reel que tenía el rótulo de indestructible. Un producto nacional que duraba toda la vida y pasaba de abuelos a nietos. El Escualo era ese elemento que generó un quiebre en la industria local en la década del 50´ y llegó a patentarse en varios países de Europa. Su creador fue Fidel Castorani, Fito para los amigos. Un hombre que desde muy joven aprendió el valor del trabajo y, sin terminar la escuela, llegó a inventar increíbles productos como este que fue tan importante para los aficionados a la pesca y que se patentó en 1956, un reel que en muchas ocasiones analizaron los especialistas en las páginas de Weekend. 

Uno de los pocos periodistas de pesca que entrevistó a Fidel fue Horacio Pascuariello, colega y amigo que lo visitó en su taller. Se encontró con un hombre jovial y predispuesto a la charla, rodeados de algunas pequeñas joyas sobre la mesa, como fotos familiares, revistas con notas en las que el Escualo se ve diminuto comparado con el descomunal tiburón que cuelga a su lado y piezas de colección como el primer “Micro”, un reel pequeño y potente creado en el año 1958.

El reel de inspiración

Contaba Pascuariello en su nota que Castorani a los 18 años se encontraba pescando en la Asociación Argentina de Pesca cuando llegó a sus manos un reel francés que fue el inspirador para lograr el primer modelo que fue patentado en el año 1956, con el cual comenzó a ser conocido en el ámbito local. Ese sería un boom, pero la trascendencia nacional llegaría con su segundo modelo, al que llegó la expansión a todo el país. 

Ese sería el Delta, un reel más robusto que su antecesor, y se adecuaba a una modalidad en pleno auge para la época, la exigente pesca en el mar, una de las pasiones de Castorani, especialmente con los tiburones. Cuenta la nota de Pascuariello, durante un concurso en la localidad de Monte Hermoso y ante la desconfianza de los fiscales por la cantidad de capturas y los extensos lances que lograba, los aficionados se acercaban a ver el equipo y descubrían la creación. Para responder a los pedidos nació su establecimiento y, de ahí en más, no se detuvo su capacidad de observación, que lo llevó a superar los modelos con cambios en su mecánica, adaptándolos a las prestaciones específicas para las especies que pueblan nuestras aguas.

El auge fue en aumento hasta que el paréntesis se produjo en los 80, con la desmedida importación que deshizo su fábrica, fuente de trabajo para muchos, lo cual lo relegó en su producción, pero no en su historia y tradición entre los pescadores argentinos. Durante las últimas décadas continúo trabajando hasta lograr el modelo Bacota, un verdadero Fórmula Uno para cualquier torneo debido a su velocidad y resistencia, herramienta infaltable de cualquier concursero.

Consejos inolvidables

Un detalle icónico para muchos fueron los consejos de Castorani en las cajas e instructivos que llegaban al público. “En cada pescador hay en esencia un enamorado de la naturaleza, usted que ha hecho de este deporte una de sus diversiones predilectas, sea también un incondicional defensor de los incalculables bienes y de la belleza que ella nos brinda”, decía uno de ellos. “Utilice adecuadamente su equipo de pesca. No todas las cañas y reels sirven para todo tipo de pescas. Sepa a quien presta su equipo (mejor si no lo presta…) a veces se suele perder un equipo y un amigo”, remataba en otro consejo Fito, un adelantado no sólo por su capacidad creadora sino en adoptar distintas herramientas de comunicación en décadas muy lejanas. 

Fidel Castorani partió de este plano este lunes 5 de agosto de 2024 y se va dejando una huella. Miles de argentinos tienen en sus manos su legado, ese reel indestructible que muchos veíamos en manos de nuestros padres o abuelos y, que cuando pudimos usarlo o recibirlo en forma hereditaria, se nos dibujó una sonrisa al pensar en las historias que transitó ese elemento.  Nuestro recuerdo para él.