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PESCA | 26-12-2017 09:23

Bolso, mochila o caja. ¿Cuál conviene?

Mochilas, bolsos, riñoneras, cajas de pesca, chalecos, varias son las opciones para transportar los equipos de pesca. ¿Cómo elegir el mejor para cada situación?. Galería de imágenes.
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Siempre es un “agradable” problema para el pescador saber qué componentes de su equipo cargar en cada salida. No es malo llevar de más, porque existe el riesgo de que se rompa una caña, un reel, o se pierda un señuelo, una plomada o un anzuelo, o cortemos muchos metros de línea.

Pero, tampoco esa proverbial exageración de transportar una casa de pesca. Esto no solo complica nuestra comodidad, sino también la de nuestros compañeros: les quitamos espacio en el baúl del auto o en la lancha, por ejemplo. Además, si viajamos en avión, pagar exceso de equipaje no es nada barato.

Los elementos de pesca pasan por tres ubicaciones después de que los compramos en un comercio: nuestra casa, el viaje hasta el pesquero elegido y el lugar mismo de pesca. En casa conviene tenerlos agrupados y, a mi gusto, nada mejor que en cajas o bolsos de pesca divididos por modalidad o por especie. Esto dependerá de las pescas que practiquemos durante el año. Con un gran abanico de posibilidades, y sin descartar otras chances, podríamos disponer de espacios de guarda para pesca de pejerrey, de lisa, trolling, spinning o baitcast, variada de río, variada de mar y mosca. A su vez, las modalidades las podemos dividir en especies y tener una caja de pesca de bait para tarariras y otra para dorados u otra para el Amazonas, por caso, aunque compartamos señuelos, cables de acero, reeles y otros elementos entre ellas.

Lo importante es el orden

Una pesca puede surgir de repente o quizá  tendremos poco tiempo para armar la salida, debido a las muchas horas de trabajo. Si todo está bien acomodado, el proceso de selección es rápido, agradable y sin sorpresas, algunas de las cuales no son fáciles de solucionar.

En el viaje de pesca hay que contemplar el medio que utilicemos: el tamaño del vehículo y la cantidad de pasajeros o la obligación de despachar casi todo el material en el baúl de un ómnibus o un avión. Las cañas deben viajar con sus respectivos tubos de plástico duro, para que no las afecte ningún golpe, y con algún acolchado interior, para que no golpeen contra las paredes. Los otros elementos deben estar bien encajados en sus compartimientos y sin espacios que permitan que se mezclen y enreden. Por ejemplo, si se vuelcan señuelos con triples sobre las líneas llevará un tiempo desenredarlos y hasta se corre el riesgo de que se rompan o lastimen algunos elementos.

El lugar de pesca presenta un doble desafío: si vamos a estar siempre parados en un mismo sitio, sea una costa o una embarcación, precisamos un recipiente accesible, pero que no moleste. En cambio, si vamos a caminar, debemos considerar la distancia y la dificultad del terreno. No es lo mismo una costa corta, seca y de piso firme, que vadear en el barro durante centenares de metros con el agua hasta la cintura.

Para pescar desde un lugar fijo es más recomendable la caja o el bolso de pesca. Si usamos carnada natural, probablemente lo abramos solo un par de veces: en el armado del equipo y, luego, para cambiar algún componente, como la plomada, un anzuelo o una línea. En la pesca con artificiales, normalmente, necesitamos un acceso constante para cambiar de señuelos o moscas. Estas últimas, por su reducido volumen, ocupan poco lugar y pueden ser ubicadas en cajas plásticas pequeñas, separadas por tipos y tamaños. Los señuelos son más voluminosos y, por llevar uno o dos triples o simples, no conviene colocarlos todos juntos y sueltos en un espacio único. Lo más práctico es tenerlos en un bolso con cajas de pesca divididas por tipo de señuelo, por ejemplo, poppers, hélices, crankbaits de paleta corta, spinners, etc. También puede ser una caja de pesca con bandejas que respeten estas secciones.

Algunos bolsos se abren desde la parte superior y se extraen las cajas hacia arriba sin ocupar espacios laterales. Las cajas de pesca, en cambio, por sus paredes rígidas requieren un espacio a los costados o hacia atrás para la tapa o para desplegar las bandejas. Sin embargo, algunas están diseñadas para llevar, por ejemplo, los señuelos en forma vertical sacándolos y poniéndolos por arriba. Como pros, las cajas son más sólidas y protegen los productos de los agentes naturales, como la lluvia, aunque los mejores bolsos han logrado también una impermeabilidad notable.

Las cajas de pesca de ganada reputación son tan fuertes que hasta es factible pararse o sentarse sobre ellas. Son más pesadas, en líneas generales, que los bolsos y, al ser rígidas, ocupan espacios que no pueden apretarse. Esta rigidez, empero, contribuye a un espacio interior sólido y bien fraccionado que puede llegar, hasta lo que conocemos, a los 76 compartimientos.

Cajas de avanzado diseño cuentan con cierres a presión y trabas para colocarles candado. Algunas se fabrican especialmente para llevar en el kayak, con medidas exactas, muy livianas, resistentes y herméticas.

Tecnología aplicada

Los bolsos, como los demás implementos, se van perfeccionando con los avances de la tecnología. Cada vez usan materiales más livianos y totalmente impermeables (estancos) con costuras termoselladas. Su capacidad viene medida en litros, pero no hay que engañarse a la hora de transportarlo: en determinado espacio pueden entrar 50 señuelos chicos, pero también 50 plomadas del mismo tamaño y el peso para acarrearlo es bastante diferente.

Cuando los objetos de pesca son poco voluminosos, como líneas, anzuelos o carreteles de nailon o multifibra, se los puede llevar en prácticos bolsitos enrollables transparentes con manija. Los bolsos tradicionales tienen un espacio central amplio, donde llevar las cajas organizadoras, y bolsillos para colocar reeles y demás utensilios. Normalmente poseen cierres de cremallera o velcro, bolsillos de red, y una manija larga para el hombro o corta de agarre manual. Ciertas unidades de piso duro e impermeable son muy buenas para colocar en zonas de barro, muelles donde llega el agua o situaciones similares.

Para las caminatas tradicionalmente se empleaba el chaleco de pesca. En sus múltiples bolsillos puede guardarse todo lo que el pescador utiliza para no tener que retornar al punto de partida, como artificiales, pinzas, quizá boga grip, tijera, mosquetones, cables de acero, líderes y hasta elementos adicionales, como una pequeña botella de agua o cantimplora, repelente contra insectos, protector solar, algún alimento sencillo y la cámara fotográfica (o el celular).

Las contras del chaleco es que algunos son pesados y abrigados para el verano. Con el fin de reducir este problema, ciertas prendas están confeccionadas con sectores con tela de malla, donde hay que cuidar mucho de no enganchar los triples u otros elementos metálicos. Además, el compartimiento trasero, que suele ser el más amplio, exige un movimiento de contorsión que puede dificultar a las personas menos ágiles.

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Riñoneras y bandoleras

Si no tenemos que llevar tanto material de pesca, las riñoneras cumplen una buena función. Por su reducida dimensión son livianas. Se las ciñe fácilmente con un cinturón y todas las cosas quedan a la altura de las manos. La contra es que no se pueden llevar muchos elementos adicionales y hay que ser bien selectivo.

Para cargar más material se fabrican muy buenas bandoleras, donde se pueden meter una o dos cajas grandes. Similares a las riñoneras, se las lleva ajustadas a la cintura y en la espada; luego, con un simple movimiento se las gira hacia el frente para tener todo a mano.

Los bolsos de mano o de correa no sirven para los vadeos o caminatas largas, porque impiden tener las manos libres para pescar. La mochila deja las manos libres y tiene gran capacidad de guarda, pero no sirve para vadear, porque llega hasta la cintura, zona que suele quedar sumergida. Como se lleva a espaldas del pescador, se transforma en un movimiento engorroso o imposible traerla hacia adelante o tratar de sacar las cosas cruzando los brazos hacia atrás.

Si vas a pescar, está claro que en algún lugar u otro deberás almacenar los elementos, transportarlos y tenerlos a mano para pasar una jornada agradable en el pesquero de destino. De tus gustos, elementos de pesca y poder económico dependerá la solución. Siempre recomendamos lo que el bolsillo te permita, que generalmente es lo mejor del mercado.

Nota completa publicada en revista Weekend 543, diciembre 2017.

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Néstor Saavedra

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