Al igual que lo que hacemos con nuestros seres queridos o amigos, los perros también necesitan de nuestro cariño y de nuestras enseñanzas para demostrarles cuánto nos importan. Ellos también tienen preferencias y aversiones por lo que, en el caso particular de que a tu perro no le gusta echarse sobre la espalda es mejor que no lo obligues a rodar o revolcarse. Y, si no le gusta saltar, tampoco debes forzarlo a que atrape un objeto que le arrojes al aire, más allá de si se trata de un alimento o un juguete.
Cinco cosas que no sabes sobre los pitbulls
Claro que antes de empezar con el entrenamiento doméstico de tu mascota es fundamental que tengas en cuenta que no todos los trucos están hechos para todas las razas ya que, si bien la mayoría de los perros presentan una cierta voluntad para aprender, el tamaño, la constitución física y el peso impiden el aprendizaje de algunos trucos.
Otro de los puntos centrales que debes tener en cuenta es que el éxito de los trucos que le enseñes no se mide únicamente por la perfecta ejecución del ejercicio, sino también por el resultado que se obtiene durante el entrenamiento conjunto. Una práctica constante y gradual, así como la celebración de los pequeños éxitos, promueven la autoconfianza y fortalecen el vínculo entre tu perro y su dueño.
Si bien las órdenes claras, la confianza y la fiabilidad mutua son otro de los grandes pilares tanto para educar correctamente a un perro, para entusiasmarlos con nuevas reglas de juego y trucos es necesario algo más, como, por ejemplo, ofrecerles una recompensa a cambio ya que si bien algunas razas de perro tienen una innata voluntad de agradar, a la vez son un poco egoístas, pues saben que el comportamiento deseado les traerá ventajas, mientras que los comportamientos indeseados son ignorados o incluso castigados.
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Por eso, es común observar cómo los ejemplares de razas que se consideran testarudas piensan si hacer caso a la orden de su cuidador les traerá alguna recompensa o no.
También es muy importante finalizar cada entrenamiento con una experiencia de éxito. Si te das cuenta de que un ejercicio abruma a tu fiel amigo lo mejor es dar marcha atrás y darle una orden de algo que él pueda cumplir con seguridad y recompensarlo por ello. Recién en ese momento podrás dar por terminado el entrenamiento y te asegurarás de que la próxima vez lo va a hacer mucho mejor todavía con el resto de las habilidades y trucos que quieras enseñarle y él acepte hacer. .
Fuente: ZooPlus Magazine
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