Retomamos la idea de que, a lo largo de este 2024 Santiago de Chile se convirtió en un imán para aquellos que viajan para hacer compras y abastecerse de aparatos electrónicos, equipamiento diverso y ropa. En una nota anterior ya te contamos cómo están los precios. Ahora es el momento de evaluar adónde alojarte, tanto si vas con la idea de adquirir algunas cosas como para pasear un poco por la ciudad, que también vale la pena. Para eso hicimos una investigación de tres hoteles diferentes en la gran capital chilena que te iremos presentando consecutivamente.
El segundo hotel es muy nuevo, muy moderno y muy en altura. Tanto que para llegar a la recepción primero hay que acceder al piso 17 de la torre vidriada en la que se encuentra. Ya desde la recepción todo es sofisticación y luminosidad. Me refiero al AC Costanera, también en Providencia, ideal para lo que van a hacer shopping, porque, directamente desde el quinto piso se accede a Costanera Mall. Pero no es el único destacado que tiene: está en el edificio más alto de Latinoamérica, ofrece 249 habitaciones con vistas inigualables de la ciudad (son inolvidables los amaneceres cuando el sol sale detrás de los Andes). Arranca en el piso 17 de la Torre Vitacura este hotel tiene espacios cuidadosamente diseñados que brindan una experiencia intuitiva y fluida.
El Lobby presenta muebles acogedores, arte local, y toques modernos y atemporales que evocan la sensación de una galería bien conservada. A un costado está el confortable AC Lounge, para un almuerzo viendo la ciudad desde arriba a través de su menú conciso inspirado en las tapas de España, o también tomar un trago. El desayuno es toda una aventura que se aprovecha tanto en este espacio como en la cava y en un amplio salón, siempre decorado con minimalismo y toques de elegancia. Y decía que el desayuno es espectacular por la infinidad de alimentos que ofrece, algunas preparaciones en frascos para comer directamente desde allí, panificados de todo tipo y un sinfín de productos de primera calidad exhibidos en mesas de mármol blanco que tienen fuego en el medio. Cruasanes de manteca importadas de Francia, carnes curadas artesanales (como el jamón italiano en rodajas finas), una selección internacional de quesos, así como yogures y cereales, frutas de temporada y especialidades locales. ¡Increíble!
Pero los cockteles y la cena se toman en Luna Bar, una de las terrazas más solicitadas de Santiago, con vistas sin obstáculos de la ciudad protegidas por vidrios (también tienen estufas y proveen mantas en caso de que los visitantes sientan frío). Es el point elegido por las parejas y los grupos de amigos para pasar un rato distendido y muy agradable. El personal es encantador y siempre está dispuesto a colaborar en lo que se requiera.
La habitaciones son tan minimalistas como el resto del hotel, pensadas sin ornamentos para que los viajeros usen el espacio de la manera que mejor les parezca y maximizar la sensación de apertura con muchas superficies libres para guardar el equipaje, o acercar una silla y trabajar de manera eficiente. O perderse en las magníficas vistas. Sí tienen cafetera y todo para tomar algo calentito. El baño está compartimentado, equipado con una ducha enorme y hasta los más mínimos detalles que pueda necesitar el huésped. Un lujo.
En la zona, además se encuentra el mirador Sky Costanera, con vistas alucinantes de la ciudad en altura, y el flamante Mercado Urbano Tobalaba.
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