El astillero Regnicoli cumple hoy 100 años en la industria náutica argentina, desde que los abuelos de los actuales propietarios pusieron la piedra fundacional sobre la margen izquierda del río Luján, en la zona de San Fernando – Tigre. Emilio, gran artesano, aportó sus grandes conocimientos en la carpintería y el diseño naval, junto a Gino, apasionado por la alta velocidad y los motores. Ambos dieron inicio a una empresa familiar a la que, allá por los años ‘60, se sumarian sus hijos y con ellos la segunda generación con los primos Jorge y Horacio, actuales titulares de la firma.
Primeros años del astillero
Emprendedores natos, los Regnicoli se iniciaron en la actividad con el uso de la madera, pero rápidamente el plástico reforzado penetró la industria náutica y, como no podía ser de otra manera, ambos elementos dan inicio al diseño y construcción de embarcaciones en ese noble material, generando innovadores avances tecnológicos para la época en la construcción con plástico reforzando con fibra de vidrio.
Así, junto a la evolución del mercado, modernizaron la producción, optimizaron su calidad y crearon conocidas embarcaciones entre las cuales destacamos el Dorado, la Albacora y la Dina, hoy con sus nombres vigentes, pero sobre la base de diseños totalmente renovados.
Por otra parte, en 1976 la empresa logró obtener la representación oficial de la marca Suzuki para motores fuera de borda, la cual conserva hasta hoy. Esto habla de su prolija y destacada gestión. Por los años ‘80 se sumó la famosa línea de motores marinos internos y dentro fuera Yanmar.
La renovación de Regnicoli
La tercera generación familiar, integrada por Andrea, Hernán, Roberto (conocido como Popi para los allegados) y Ernesto, se ha sumado a lo largo de estos años al mando del barco timoneado por Jorge y Horacio, quienes han iniciado un camino hacia la tecnificación e innovación tecnológica con nuevos desafíos que actualmente la empresa está llevando adelante.
Lejos está en sus mentes detenerse, contra viento y marea el astillero Regnicoli sigue adelante con los sueños que Emilio y Gino supieron iniciar aquel 11 de noviembre de 1924, con una gran pasión y oficio, que juntos a todos sus trabajadores conducen la firma en sus primeros 100 años.
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