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NAUTICA | 10-05-2018 08:30

¿Zinc o aluminio? Qué ánodo es mejor

La normativa extranjera se inclina hacia los ánodos de uno de estos materiales mientras aquí prima la variedad. Cualidades y aplicaciones.
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Es una sana costumbre y, de hecho, nuestra obligación, transmitir qué es lo que pasa en el mundo de la náutica recreativa, que ahora se está debatiendo entre los ánodos de zinc y los de aluminio. No siempre son presentaciones, test o tendencias. También hay normativas y algunos problemas que, por lo general, escapan a nuestro pequeño mundo local. Sabemos que en el país la escala es chica y lo que se produce en estos lares es una cifra insignificante para los grandes mercados internacionales. A mayor producción, mayores problemas. Y esto es lo que está pasando en los Estados Unidos con los ánodos de zinc.

En algunos estados de ese país se prohibió su uso hace unos años. Y otros estados están a punto de hacer lo mismo. ¿Es correcto? Las razones parecen lo suficientemente buenas y comprobadas: se descubrió que el zinc, en grandes cantidades, es perjudicial para la vida marina. También contienen cadmio, un metal pesado que puede terminar en el agua potable. El cadmio, según una revista académica, puede causar “daño renal, hipertensión, efectos respiratorios, carcinogénesis, teratogénesis y embriotoxicidad”. En pocas palabras, daño a los riñones, presión arterial alta, problemas respiratorios y cáncer, y para las embarazadas, desarrollo anormal o la muerte de un embrión. Pensemos que los ánodos de sacrificio están, por diseño, destinados a usarse en el agua.

¿Puede el aluminio esperar?

Actualmente, el aluminio está disponible. A pesar de que parece que ningún mandato prohibirá los ánodos de zinc, otras presiones de una realidad tangible hacen que los de aluminio sean convincentes de utilizar.

En primer lugar, es cómo se compara el aluminio con los bloques de zinc. Si usted tiene una condición básica de la corrosión, sabe que los ánodos de zinc son ideales para instalar en agua salada; los de magnesio son buenos para el agua dulce; y los de aluminio para saladas, salobres y dulce. Un punto para el aluminio por su versatilidad (aunque el magnesio gana y es mucho más efectivo si el barco está sólo en agua dulce).

Los ánodos de aleaciones de aluminio están formulados para ser más negativo en la serie galvánica por sobre los de zinc, haciéndolos más activos o fuertes en términos de protección (ver tabla). Un ánodo de tamaño dado es, en aluminio, aproximadamente la mitad del peso de uno similar de zinc y puede durar más tiempo. Por lo tanto, incluso si el costo es un poco más en la primera instalación, hay un ahorro neto en el tiempo de cambio, además del de mano de obra, gracias a menos salidas a seco del casco para su reemplazo.

Son dos puntos para el aluminio. El aluminio en estos días se utiliza para casi todo. Es más ligero, tiene una tensión de conducción más alta y dura aproximadamente un 25 % más que el mismo tamaño de zinc. Y en agua salobre, el aluminio sigue siendo bien aceptado.

En el aluminio, por supuesto, está el factor verde. Sin cadmio (o casi sin cadmio), los ánodos están disponibles en todas formas y tamaños, para reemplazar a casi cualquiera de zinc. Algunos astilleros que apoyan el concepto de “ánodos limpios” hacen que sea una prioridad tener siempre de aluminio en stock, por lo que es fácil para el propietario de un barco a hacer lo correcto con el medio ambiente.

¿Por qué seguimos usando zinc?

Por un lado, los ánodos de zinc han estado con nosotros tanto tiempo que el término de zinc se utiliza a menudo para describir cualquier tipo de ánodo sacrificial. Por las marinas norteñas suele escucharse algo así como: “hey, hay que poner los bloques de zinc de aluminio a estrenar en mi bote, ya que que son mucho mejores para el medio ambiente que el zinc normal”. El zinc sigue enquistado en el vocabulario, aunque sea erróneamente.

Más que nada, a lo largo del tiempo, la costumbre y comodidad con los ánodos de zinc (que hacen el trabajo, después de todo) y una simple falta de conciencia acerca de los de aluminio entre los propietarios de embarcaciones, talleres e incluso muchos constructores de barcos, son los principales contribuyentes a que el  zinc continúe su utilización en los fondos de las embarcaciones.

Resumen

Haciendo un ejercicio de trasladar esta idea a nuestras aguas, el mercado argentino es mayoritariamente –casi el 90% o más– de navegación en agua dulce, por lo cual el magnesio es el líder indiscutido. El principal problema en los barcos a flote es el poco mantenimiento de fondos, con sacadas esporádicas con gran margen de degradación de ánodos y partes sumergidas.

Las instalaciones de muchas embarcaciones son a veces deficitarias, incluso la de los ánodos (mal conectados, pintados por encima con pinturas de fondo), además de un grado importante de contaminación del agua (sales y ácidos en suspensión), lo que potencia el problema. Más allá de eso, en zonas salobres y saladas puede hacerse eco de este nuevo concepto, el cual ha sido demostrado y vemos cómo, en países de avanzada, se discute el formato legal, cosa que por aquí ni siquiera es tema de consulta.

Nota completa en Revista Weekend del mes Mayo 2018 (edición 548)

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Martín D'Elía

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