Pez león, la mascota que se volvió una dañina especie invasora

Es difícil prever cómo el accionar del hombre puede alterar el medio ambiente. Un caso llamativo es el del pez león, que pasó de ser buscado como mascota a convertirse en una especie invasora que se está apoderando de las aguas del mar de Florida, el Golfo de México y el Caribe, poniendo en peligro la biodiversidad y alterando el equilibrio de las cadenas alimenticias.

La mayor amenaza que conlleva esta curiosa especie es su capacidad para invadir aguas nuevas de forma tan rápida. El pez león es capaz de atrapar presas que no han evolucionado para reconocerlos como un depredador; además consume el alimento de otros peces, algunos importantes a escala comercial como el pargo y el mero. Además, el mayor factor de riesgo es su capacidad para engendrar cardúmenes a un ritmo increíblemente rápido.

Se supone que el pez león, oriundo del Pacífico sur y el océano Índico, se introdujo en las aguas de Florida en la década del '80, debido a las personas que lo adquirían como mascota y más tarde lo liberaban en el mar. Con el pasar de los años, la especie se ha expandido a un ritmo muy rápido por las aguas cálidas del Atlántico, el Golfo de México y el Caribe, lo que ha generado un daño en los arrecifes de coral al alterar sus cadenas alimenticias.

“Los peces león son capaces de producir miles de huevos cada semana, que después de la eclosión pueden propagarse ampliamente en las corrientes oceánicas. Además, como son invasores, sus presas no los reconocen como peligrosos, por lo que pueden depredar sin mucho esfuerzo”, señala Montana Airey, estudiante de la Universidad de Columbia, quien ha investigado en profundidad a esta especie.

Cuando son adultos, no suelen alejarse mucho del arrecife en el que se han establecido. Por lo que se cree que la expansión de la especie es producto de las larvas, que colonizan nuevas aguas gracias a la corrientes marinas. Para seguir sus movimientos, especialistas proponen estudiar los huesos del oído, ya que los otolitos crecen de forma parecida a la de los anillos de los árboles. “Dado que los otolitos tienen anillos de crecimiento relacionados con su edad -explica Airey- podemos observar diferentes partes del otolito para comprender cómo ha sido la vida de los peces en diferentes momentos".