El telescopio espacial Hubble de la NASA acaba de protagonizar otro hallazgo astronómico que causó enorme sorpresa y desconcierto en la comunidad científica mundial: detectó la luz de una estrella que existió en los primeros 1.000 millones de años después del nacimiento del universo en el Big Bang, lo que la convierte en la estrella individual más lejana jamás vista hasta la fecha.
Según explicaron desde la mencionada agencia espacial norteamericana a la revista Nature, el descubrimiento fue posible a partir de los datos recopilados durante el programa Estudio de la reionización con lentes gravitacionales en cúmulos (RELICS, por sus siglas en inglés) del Hubble,
Telescopio Hubble. la desconocida y lejana Earendel
Esta estrella recién detectada se encuentra tan lejos que su luz ha tardado 12.900 millones de años en llegar a la Tierra, y se nos aparece como cuando el universo tenía solo el 7% de su edad actual, con un desplazamiento al rojo de 6.2, en tanto que los objetos más pequeños vistos anteriormente a una distancia tan grande son cúmulos de estrellas dentro de galaxias primitivas.
“Al principio casi no lo creíamos: estaba mucho más lejos que la anterior estrella de mayor desplazamiento al rojo más distante”, dijo el astrónomo Brian Welch de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, Maryland, EE.UU,
“Normalmente, a estas distancias, las galaxias enteras se ven como manchas pequeñas, donde se mezcla la luz de millones de estrellas. La galaxia que alberga esta estrella ha sido ampliada y distorsionada por lentes gravitacionales en una larga media luna que llamamos el Arco del Amanecer”, agregó el principal responsable del hallazgo.
Después de estudiar la galaxia en detalle, los investigadores lograron establecer que uno de los elementos es una estrella extremadamente magnificada a la que bautizaron "Earendel" - en inglés antiguo significa "estrella de la mañana"-, que tiene, al menos, 50 veces la masa de nuestro Sol y es millones de veces más brillante, rivalizando con las estrellas más masivas que se conocen.
Ahora, los astrónomos esperan que Earendel permanezca muy magnificada en los años venideros, para lo cual será observada muy de cerca y permanentemente por el telescopio espacial James Webb de la NASA cuya alta sensibilidad a la luz infrarroja será fundamental para que puedan aprender más cosas sobre Earendel, porque su luz se estira (se desplaza hacia el rojo) a longitudes de onda infrarrojas más largas debido a la expansión del universo.
“Con Webb esperamos confirmar que Earendel es de hecho una estrella, así como medir su brillo y temperatura.También esperamos encontrar que el Arco del Amanecer carece de los elementos pesados que se forman en las generaciones posteriores de estrellas. Esto sugeriría que Earendel es una estrella rara, masiva y pobre en metales”, señaló Dan Coe, científico del Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial y coautor de este nuevo y valioso hallazgo protagonizado por el Hubble.
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