El uso de tomografías computarizadas 3D en las momias de dos hombres que habitaron en la América del Sur precolombina, hace aproximadamente 1.000 años, les permitió determinar a un equipo internacional de arqueólogos que ambos murieron por causas violentas.
Según un artículo publicado en Frontiers in Medicine, para poder establecer la causa de sus fallecimientos, los especialistas analizaron las dos momias que se encuentran conservadas una en el Museum Anatomicum de la Universidad Philipps de Marburgo, Alemania, y la otra, en el Museo de Arte e Historia de Delémont, Suiza.
Los arqueólogos determinaron que la primera momia perteneció a un pescador de la cultura de Arica, en el actual norte de Chile, de entre unos 20 a 25 años de edad y 1,72 metros de altura, que falleció entre los años 996 y 1147.
La reconstrucción de las heridas que presentaba esta momia, también les permitió establecer que un agresor golpeó a la víctima con toda su fuerza en la cabeza, en tanto que el mismo agresor u otro ubicado a la derecha del hombre que todavía estaba de pie o de rodillas. pero con vida, lo golpeó en la cabeza y lo apuñaló en la espalda.
Por su parte, algo muy similar le sucedió a la segunda momia que, según creen los arqueólogos a juzgar por los objetos de cerámica encontrados en su ajuar funerario, corresponde a un hombre que habitó en la región de Arequipa, en el actual suroeste de Perú, y que falleció entre los años 902 y
Al momento de ser estudiada, esta segunda momia presentaba un severo traumatismo masivo contra la columna cervical que, según creen los especialistas, le provocó la muerte inmediata.
“Los traumatismo letales en las dos momias estudiadas no se habrían detectado si los restos humanos hubieran sido solo esqueletos”, afirmó Andres Nerlich, de la Clínica Bogenhausen de Múnich, Alemania.
“Las tomografías computarizadas, con la posibilidad de realizar reconstrucciones tridimensionales, ofrecen una visión única de los cuerpos que, de otro modo, no se habrían podido detectar”, concluyó el principal autor del estudio.
“Las tomografías computarizadas, con la posibilidad de realizar reconstrucciones tridimensionales, ofrecen una visión única de los cuerpos que, de otro modo, no se habrían podido detectar”, concluyó el principal autor del estudio.
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