Monday 25 de November de 2024
SITIOS EXTERNOS | 04-08-2015 09:31

Flechas que apuntan al Guazú

Los pejerreyes siguen ascendiendo. Hoy el Paraná Guazú en la zona de los puentes, y los ríos y arroyos cercanos, muestran a la especie en su mejor momento.
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A partir del mes de mayo, en la zona del complejo Zárate-Brazo Largo, límite entre las provincias de Buenos Aires y Entre Ríos,  aparecen gran cantidad de pescadores en busca de pejerreyes, en una constante que se repite año tras año. Me decía un viejo pescador: “El 1° de mayo voy al Guazú y siempre saco aunque sea un pejerrey”. Y así sucede tras los primeros fríos: los pejerreyes entran del estuario del Río de la Plata remontando los ríos Uruguay, Paraná Guazú, Paraná de las Palmas y sus tributarios. Lo hacen inicialmente por el Uruguay, el curso con aguas generalmente más limpias. Y a medida que se va aclarando el agua por efecto de las heladas que decantan el  barro,  ingresan a los otros grandes ríos remontando hacia zonas lejanas como el sur de la provincia de Corrientes o la represa en Concordia.

El día de nuestra salida se presentaba muy frío, con vientos regulares del sector sudoeste y nublado. Sabíamos que en jornadas anteriores se había pescado muy bien en la zona del complejo Zárate-Brazo Largo, tanto en cantidad como en calidad. Y hacia allí nos dirigimos.

El punto de reunión sería la guardería La Isla, donde tienen sus embarcaciones nuestros guías Ariel Romero y Patricio Barreto. Salimos desde la Ciudad de Buenos Aires en compañía de Luis Bendersky y Leonardo Poggi. Antes de llegar a los puentes pasamos por el local de Tono Ciliberti, que nos tenía preparadas unas porciones de mojarras medianas, ideales para la pesca que había. Al arribar a La Isla nos estaban esperando con las lanchas en el agua y todo listo para partir. Preparamos nuestras cañas de entre 4 a 4,30 m, a las que les colocamos reels frontales chicos con capacidad de 120 m de nylon 0,23 o multifilamento del 0,18 mm. Usaríamos tres boyas de madera balsa en diferentes colores por aparejo, armadas con madre del 0,35 mm y con una separación de 1,20 m, a la que se le adosa un puntero cargado con anzuelo o palito sin cargar. Otra posibilidad es emplear dos boyas con una separación de 1,40 m con puntero, haciendo la línea más corta y manejable.

Al reparo del viento    

Luis y Leandro se embarcaron con Ariel, y yo con Patricio. Pescaríamos muy cómodos ya que las embarcaciones eran grandes. Por el Paraná Guazú nos dirigimos hacia la costa de la provincia de Buenos Aires, aguas abajo del Club Guazú,  una franja que estaba al reparo del viento. La idea era garetear y pescar cerca de la ribera, generalmente poblada con extensos juncales. Ancla de capa al agua y a empezar con los intentos. Como carnada usamos mojarra encarnada de cabeza a cola, una sola o una enhebrada y otra colgando. También isoca sola o combinada con mojarra. El largo de las brazoladas oscilaba entre 25 y 45 cm,  sin utilizar lastre para que trabajaran de manera más natural.

Nota publicada en la edición 515 de Weekend, agosto de 2015. Si querés adquirir el ejemplar, pedíselo a tu canillita o llamá al Tel.: (011) 5985-4224. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.

04 de agosto de 2015

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Jorge Araneo

Jorge Araneo

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