Al hablar de tejidos impermeables-respirables, las camperas o anoraks de este tipo existen desde hace mucho tiempo, pero las primeras tenían un problema: al hacer algún esfuerzo físico condensaba el vapor de la transpiración del cuerpo. La lluvia no entraba, pero debajo de la campera era como estar en un baño sauna, muy poco cómodo y seguro para estar caminando seis horas con una mochila a cuestas.
Claves para prevenir el mal agudo de montaña
En 1973 una compañía textil revolucionó la vestimenta outdoor con la primer membrana impermeable-respirable (waterproof/ breathable) para camperas, que introdujo el concepto de “respirabilidad” del tejido, que significa la capacidad de dejar salir el vapor del sudor del cuerpo hacia fuera, además de bloquear la entrada de la lluvia, la nieve o el viento.
Fue algo fantástico, que contribuyó al crecimiento de las distintas actividades al aire libre, pero tampoco resultó mágico ni perfecto, porque esa capacidad de transferencia en ciertas situaciones no se realizaba a la velocidad necesaria. Desde entonces, década de los 70, los ingenieros textiles empezaron a trabajar para mejorar la respirabilidad. Se pasó a membranas más delgadas y porosas, que combinadas con avances en tejidos, técnicas de laminado y otras tecnologías, dan como resultado una mejora general de entre el 20 %, el 30 % o incluso más en la respirabilidad con respecto a las prendas de la anterior generación.
La respirabilidad
Para hacer una comparación objetiva no queda otra solución que fijar parámetros universales, para poder someter distintos productos a pruebas homogéneas. Decíamos entonces que la respirabilidad es la capacidad del tejido para el transporte de la humedad y los vapores, como el sudor a través de una tela al exterior. Se mide hoy según la norma ISO 11092 y el resultado se expresa como RET (Resistencia a la Evaporación del Textil).
Valores RET. a un número de RET más bajo, corresponde a una mayor respirabilidad. Actualmente podemos encontrar prendas de cierta calidad desde RET 15 (relativamente poco respirables) a RET 1,5 (calidad óptima). Una prenda con un RET mayor a 20 ya resulta regular o hasta inadecuada para la actividad física.
Como la elección de toda prenda supone un compromiso, no tenemos por qué buscar un RET bajísimo si tan solo queremos hacer trekking o montañismo clásico. En este caso, debemos fijarnos más en que nos proteja bien en caso de tormenta o ventisca (impermeabilidad). El RET alto servirá para la escalada técnica en hielo o roca, el esquí o snowboard, la bici o las carreras de aventura.
La impermeabilidad
La impermeabilidad es la resistencia de un tejido a la penetración del líquido. Para medirla, una muestra de tejido es sometida a la presión de una columna de agua de altura progresivamente mayor, hasta encontrar el punto en que la presión hidrostática logra atravesar el tejido.
La impermeabilidad de un tejido se mide según la norma ISO 811:1981. El dato Schmerber expresa la altura en mm y una tela impermeable debe tener al menos un índice de 1.500 Schmerber. Cualquier membrana de punta hoy en día, aun las ultralivianas e hipertranspirables, mantienen o superan por mucho los 5.000 mm Schmerber, llegando a valores de 20.000 mm. Para tener una referencia, la lluvia de un huracán puede producir una presión equivalente a una columna de 7.000 mm.
Este tipo de prendas, por su construcción y tecnología pueden subdividirse a su vez en dos grandes subgrupos: tejidos laminados y tejidos inducidos. Los impermeables laminados utilizan membranas de alta tecnología (Gore-Tex, NeoShell, eVent, Dry Q, Omni-Dry, MemBrain Strata, Conduit), las cuales poseen microporos lo suficientemente pequeños para impedir el ingreso del las gotas de agua, pero al mismo tiempo lo suficientemente grandes para permitir evacuar el vapor del sudor. Este tipo de prendas son las más costosas, pero ofrecen un mayor grado de respirabilidad y durabilidad.
Los impermeables inducidos son prendas con recubrimientos (Precip, HyVent, Powertex, etc.) que se aplican al material exterior por su parte interna. El principio es el mismo que el de los laminados, sin embargo no ofrecen el mismo grado de respirabilidad y sobre todo, de durabilidad. Pero son más económicos y en la mayoría de los casos más livianos.
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