¿Quién no disfruta de andar en bicicleta en un día soleado? Seguramente todos, pero la verdad es que no necesitamos de buen clima para salir a rodar, incluso lo podemos pasar bien bajo la lluvia. Aunque para ello debemos tener en cuenta ciertas cuestiones para aprovechar al máximo de la salida.
Ropa impermeable o diario: la ropa impermeable es la primera opción para mantener seco nuestro cuerpo, especialmente todo el torso. Si por esas cuestiones no tenemos puesta una prenda así, podemos agarra papel, por ejemplo un diario, y colocarlo sobre el pecho, bajo la ropa. Este funcionará como un corta viento, evitando que el aire frío y húmedo entre en contacto con nuestro cuerpo.
Bajar la presión: para andar de forma más segura, lo mejor es desinflar un poco las ruedas. Al bajar la presión, la zona de contacto de la cubierta con el suelo se incrementa, lo que mejorará el agarra al suelo, ya sea que andemos por asfalto o tierra. Ganaremos seguridad, pero tendremos que hacer un pequeño esfuerzo extra al pedalear.
Guardabarros: equipar un guardabarros evitará que nos salpiquemos más de la cuenca y que no terminemos llenos de barro. Afortunadamente, hay modelos de plástico muy delgados y fáciles de colocar. Se pueden llevar fácilmente en un bolsillo o mochila y colocarlos en solo minutos cuando lo necesitemos.
Siempre de corto: si las temperaturas no son muy bajas, lo mejor es salir con un pantalón corto o calza corta. La ropa mojada a la larga nos hará sentir más el frío, por lo que en ocasiones es mejor llevar parte de las piernas descubierta si la temperatura no es muy baja. Además, si nos ponemos crema o aceite, el agua resbalará mucho más fácil por nuestro cuerpo.
Bolsa plástica: si sos de esos que sufren por los pies mojados, la forma más fácil y económica de mantenerlos secos es llevar siempre bolsas plásticas. Simplemente hay que meter cada pie en una bolsa, atarla bien para que no se enganche con el plato o la cadena, y listo, a seguir pedaleando con la tranquilidad de tener los pies secos.
Limpiar bien: al llegar a casa es fundamental limpiar la bici y especialmente la transmisión. El agua hace que el barro y la suciedad se peguen mejor a las partes engrasadas, por lo que es fundamental sentarnos a limpiar, desengrasar y volver a engrasar apenas terminemos de rodar.
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