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BIKE | 09-11-2020 12:30

Cuándo hay que cambiar el casco de la bicicleta

Por más que su robustez y rigidez nos generan confianza, la verdad es que este elemento pierde sus cualidades debido a diferentes factores.
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Por más que muchos todavía reniegan de usarlo, el casco es una pieza indispensable al momento de salir a andar en bicicleta. Todos deberíamos tener y usar uno, pero algo más importante, y que pocos saben, es que estos tienen una vida útil estimada, por lo que deben ser reemplazados cada cierta cantidad de tiempo.

Hay que recordar que los cascos se construyen con materiales plásticos, y por más que parezcan extremadamente duraderos, con el paso del tiempo van perdiendo sus características y resistencia, lo que hace que a la larga brinde menor protección contra un impacto.

Uno de los materiales fundamentales en un casco es el poliestireno expandido, una especie de corcho compactado que conforma la estructura interna del casco. La transpiración y el agua son los principales responsables de su degradación, por lo que es necesario saber que este material empieza a perder sus características después de 5 años de uso regular.

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La mayoría de los fabricantes concuerdan en que la vida media de un casco ronda los 5 años, pero esta cifra puede variar de acuerdo al uso que le demos. Una cosa es salir una vez a la semana, y otra muy diferente hacerlo de forma intensiva casi todos los días.

A su vez, la placa externa tampoco está exenta del desgaste. Esta cubierta dura está fabricada en policarbonato moldeado, y se ve afectada por las altas temperaturas y las rozaduras. Obviamente, todo esto termina afectando en el nivel de seguridad del casco.

Incluso las correas tienen fecha de caducidad. Al ser una parte que está en constante contacto con la piel, el sudor juega un importante papel como desgastante.

Más allá de todo lo dicho, la principal cuestión que nos debe llevar a cambiar un casco son los impactos. Ya sea un golpe fuerte o uno suave contra el piso (por ejemplo, se nos cayó de las manos), ambos afectan seriamente la integridad del mismo. Las marcas ya de por sí recomiendan cambiarlo al mínimo golpe, ya que el daño ocasionado puede reducir significativamente su integridad en caso de que suceda un segundo impacto.

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