Para los pobladores y turistas, la Isla Martín García tiene magia. Los que la visitan quieren volver y aquellos que vivieron allí y luego emigraron a las grandes ciudades, eligen retornar a habitarla. La naturaleza avasallante, las historias y los personajes forman parte de este destino turístico inolvidable que se convierte en la propuesta perfecta para vivir un fin de semana diferente, en el que los visitantes podrán pernoctar, o ir y volver en el día.
Martín García está ubicada en pleno Delta bonaerense, pertenece al partido de La Plata y se caracteriza por la diversidad de la flora y la fauna ribereñas. En la isla coexisten distintos ecosistemas: el bosque en galería donde abundan el ceibo y el laurel criollo, el monte seco con espinillos, cardones y lapachitos, y la zona de la costa en la que se destacan coronillos y juncos. Cuenta con una gran variedad de especies animales como nutrias, carpinchos, lagartos, lagartijas, yararás, tortugas acuáticas y también con más de 200 tipos de aves. Por sus características únicas, en 1998 fue declarada por la Provincia como reserva natural de uso múltiple.
"Vivir entre la naturaleza más agreste es un idioma que pocos saben leer. Acá hay una importante cantidad de flora y fauna para apreciar y conocer", asegura Facundo Baraldo Martínez, estudiante de la tecnicatura en producción vegetal orgánica, quien desde hace 10 años trabaja en el lugar y hace cinco creó una huerta agroecológica. El joven pasó de residir en el vértigo del microcentro porteño a vivir entre el sosiego del río. A través de su labor amigable con el medioambiente, potencia la riqueza de la tierra que le ofrece frutas y verduras sustentables, pero su objetivo se concentra en ampliar el emprendimiento para poder abastecer a toda la comunidad. Su emprendimiento se encuentra alejado del área más transitada, por eso suele recibir la visita de quienes realizan una estadía de varios días y se toman el tiempo para recorrer cada sitio.
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Mabel Latorre es guía local y experta en la elaboración de conservas y mermeladas. Hace más de cuatro años decidió regresar a la tierra familiar: “La isla tiene magia, tanta historia, tanta vegetación que te atrapa”. Sus preparaciones trascendieron los límites insulares y muchos turistas que regresan a este destino van en busca de esas delicias. Para Mabel la reina de las mermeladas es la de tomate, luego está la de higo y el mix veraniego que lleva frutilla, kiwi, uva, naranja, manzana, pera, durazno y ciruela.
Durante el invierno la isla estalla de cítricos y ésta alquimista frutal combina pomelo, naranja, mandarina y limón, para conquistar paladares.
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Un día en la isla
Para quienes quieran experimentar la magia isleña, la empresa Sturla ofrece la excursión de un día que incluye almuerzo y visita guiada. Las salidas son sábados, domingos y feriados a las 9 desde la Estación Fluvial de Tigre para regresar al continente a las 19:15, aproximadamente. El trayecto tiene una duración de poco más de dos horas. El recorrido por Martín García inicia a las 11:15 con una guiada por el antiguo penal militar, el museo histórico, el teatro Urquiza, el centro cívico, la parroquia, la panadería, el barrio chino, la prisión y la casa de Rubén Darío.
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A las 13 está programado el almuerzo en el comedor Solís, cuya especialidad son los platos caseros a base de productos locales. Luego los visitantes tendrán tiempo libre para recorrer otros sitios turísticos hasta el momento de preembarque a las 16:45. Precio: $ 9.500 (visita por el día, adultos).
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