La imposibilidad de viajar por el mundo y recorrer territorios extraños obligó a los turistas argentinos a repensar sus vacaciones y así buscar alternativas a las incursiones en el exterior. Esta circunstancia hizo que se descubrieran distintas modalidades turísticas dentro de la República Argentina. Una de ellas es el turismo de avistaje y fotografía de aves, que creció en tierras que no tenían esta oferta tan explotada.
Este tipo de turismo es uno de los que mayor cantidad de dinero deja en el país por parte de los visitantes extranjeros, pero este año con el turismo internacional cerrado, fueron los propios argentinos, también imposibilitados de viajar al exterior, los que se volcaron a conocer nuevos paisajes. Uno de estos sitios es el Jaaukanigás, en el norte de Santa Fe que, junto a la Cuña Boscosa, son dos lugares increíbles para visitar y encontrar más de 350 especies de aves.
El portal Opinión Frontal consultó al respecto a David Franco, experto en el tema y receptor de turismo nacional e internacional en el corazón del Jaaukanigás. El guía contó que esa región que abarca el norte santafesino, sur chaqueño y parte de Corrientes, tiene una diversidad de más de 300 aves y últimamente comenzaron a verse algunas especies que antes no estaban en la región y que buscan nuevos ecosistemas por el avance del hombre en otros territorios.
Insertas en este bastión de naturaleza se encuentran erigidas ciudades y parajes como Reconquista, Avellaneda, Guadalupe Norte, Las Garzas, Villa Ocampo, Las Toscas y Florencia, entre otras. Y este es uno de los aspectos o características en los cuales hay que hacer hincapié, ya que las actividades (económicas, industriales, deportivas, recreativas, educativas o culturales) que los habitantes realizan, ponen en jaque el equilibrio de estos ecosistemas.
“Con el objetivo de la conservación de estos espacios y teniendo como premisa que, para preservarlos hay que amarlos, respetarlos y sentirlos como propios y para ello es sumamente necesario que la población toda, los conozca“, remarca Franco en cada una de las visitas que hace a escuelas donde se lo convoca para sus charlas habituales.
“Esta es una actividad económica que creció mucho en los últimos años. Al país entraban miles de turistas de todo el mundo buscando fotografiar aves, es un turismo muy sano y que deja mucho dinero en el territorio nacional”, remarca aunque recuerda que “la pandemia no permitió el ingreso de turistas extranjeros pero esto también hizo que muchos argentinos conozcan este tipo de lugares y de paseos“.
El Jaaukanigás
El río Paraná es uno de los más extensos y biodiversos del mundo. En su tramo medio desarrolla una extensa y compleja planicie de inundación con una amplia heterogeneidad de hábitats y una alta productividad del sistema, lo que favorece la existencia de comunidades bióticas muy diversas y adaptadas al régimen hídrico, favorecido por la alternancia de ciclos de crecientes y bajantes. Así existen numerosos hábitats acuáticos lóticos y lénticos (cursos principales, riachos, madrejones, lagunas, esteros, bañados) y terrestres asociados (albardones con pastizales, pajonales, selva en galería, palmares, bosques de sauces y alisos, y otros).
Esto la convierte en una de las áreas con mayor biodiversidad de la provincia de Santa Fe y de la República Argentina, con 360 especies de vertebrados tetrápodos, conservándose varias de ellas amenazadas de extinción. Una diversa fauna de peces, muchos migradores y otros recursos naturales (leña, paja para techar, y animales de caza) son la base de una importante economía regional y de subsistencia para muchos pobladores locales. La pesca deportiva y el ecoturismo del área están sustentado por los recursos que brinda este humedal, siendo clave para el desarrollo regional.
El valle aluvial del Paraná brinda una oferta para una rica avifauna acuática tanto residente como migrante, constituida por un centenar de especies pertenecientes a distintas familias, siendo las más representativas Anatidae, Rallidae, Ardeidae y Scolopacidae. Muchas de ellas están representadas con altas densidades poblacionales que superan ampliamente los 20.000 individuos. Todas estas especies son excelentes indicadores del estado de conservación del humedal, constituyendo una parte importante del patrimonio natural, y un recurso utilizado para la investigación, educación y recreación.
Fuente: Opinión Frontal.
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