Friday 26 de April de 2024
TURISMO | 15-05-2018 16:15

Moscú, ciudad de contrastes

Entre el Kremlin y los rascacielos hay sectores muy lindos y otros muy feos que nos esperan en junio con los brazos abiertos.
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¿Vas a estar por primera vez en Moscú gracias al Mundial? Entonces el reconocimiento

de la capital rusa debe comenzar en la Plaza Roja. El corazón de

la ciudad es tan grande como diez campos de fútbol. Al parecer, el nombre

no tiene nada que ver con los muros del Kremlin o el pasado

comunista. En ruso, Krasnaya Ploshchad significa tanto Plaza Roja

como Plaza Bonita.

Desde hace siglos, el Kremlin es el centro del poder en Rusia. Sobre

su muralla se alza la Torre Spassky con el reloj que indica la hora

en el país más grande del mundo. Desde afuera también se puede ver el

palacio del Senado con la cúpula plana y la bandera blanca-azul-roja

de Rusia. Allí gobierna su país el presidente Vladimir Putin.

En la Plaza Roja, los turistas hacen cola para ver en el mausoleo el

cadáver del líder revolucionario soviético Lenin, fallecido en 1924.

Desde hace poco, a la Plaza Roja se sumó el parque futurista

Zariadie y sobre el río Moscova hay un bonito mirador. Esta es la

imagen que Moscú ofrece a quienes acudan en junio y julio al Mundial

de fútbol: vieja y moderna, extravagante y discreta, bonita y fea,

aspectos que se unen para crear una metrópoli llena de contrastes

pero viviente. Con motivo de la fiesta deportiva la capital, que

pronto cumplirá 871 años, se ha engalanado. Muchos edificios, calles

y áreas situadas junto al río han sido saneados.

La gigantesca ciudad con sus 12,5 millones de habitantes ha ganado en

calidad de vida y urbanidad en los últimos años. Y ningún turista

tiene que perderse por no saber ruso: en muchos lugares hay

indicadores de camino con el inglés como segunda lengua.

Aunque Moscú es una ciudad grande, las atracciones turísticas están

todas concentradas en el centro. Muchos lugares de interés se

encuentran a poca distancia andando desde el Kremlin, tales como la

calle comercial Tverskaya, el Teatro Bolshoi y la plaza Pushkin. Otro

paseo podría comenzar en el puente de los Patriarcos. Desde la

catedral de Cristo Salvador, el puente peatonal cruza el Moscova.

La enorme iglesia blanca es una réplica, resultado de una historia

movida. En 1931, el dictador soviético Josef Stalin mandó dinamitar

la iglesia original. En su lugar quería edificar una torre

gigantesca, el Palacio de los Soviets. Sin embargo, la construcción

no llegó más allá de los cimientos. Después de la Segunda Guerra

Mundial, la zanja se convirtió en una piscina al aire libre en el

centro de Moscú que está abierta durante todo el año. Sin embargo,

cuando Rusia se acordó de sus raíces ortodoxas después de la

desaparición de la Unión Soviética, la catedral de Cristo Salvador se

reconstruyó entre 1995 y 2000.

El colosal edificio de hormigón de la nueva galería Tretiakov no es

ninguna belleza. La parte antigua del museo está escondida en el

barrio de Samoskvorechie (al otro lado del Moscova) y muestra los

íconos más bonitos.

En la parte nueva del museo se exhibe el arte soviético del siglo XX.

Un aficionado al fútbol debería visitar esta exposición para ver lo

que probablemente sea el cuadro más impresionante de un portero en

todo el mundo. La pintura, de Alexander Deineka (1899-1969), muestra

al arquero, de tamaño más que natural, lanzándose al aire

horizontalmente.

Un par de pasos más adelante comienza el parque Gorki. Desde hace

algunos años es uno de los lugares de moda en Moscú, con un

mobiliario urbano de buen gusto, bonitos cafés, restaurantes, el

elegante Museo Garage para arte moderno y áreas donde pueden

desahogarse los skaters y ciclistas.

Algo divertido para hacer es alquilar aquí una bicicleta o una

patineta y explorar la orilla verde y boscosa del Moscova y volver

atravesando el parque deportivo Lushniki con su gran estadio. Durante

el Mundial de fútbol se disputarán en ese estadio, entre la

inauguración y la final, siete partidos. Dependiendo de los puentes

que uno elija, la vuelta en bicicleta tiene un recorrido de hasta 16

kilómetros, un buen trayecto para practicar deporte en el centro de

Moscú. Gran parte del trayecto está cerrado al tráfico.

La ciudad es tan grande que a uno le gustaría verla desde arriba. La

vista panorámica más bonita la ofrece el mirador en la Colina de los

Gorriones, frente a la universidad. Abajo se puede ver el estadio

Lushniki y, en el horizonte, resplandecen las cúpulas de las iglesias

del Kremlin. Durante el Mundial se instalará en esta colina la zona

para la hinchada, comunicada con el estadio mediante un nuevo

teleférico. Quien quiera subir aún más debería visitar la torre de

telecomunicaciones Ostankino o el nuevo barrio de rascacielos

Moskwa-City que, de cualquier manera, merece la pena visitar.

En el otro extremo, el metro de Moscú es uno de los más profundos de

Europa y en sí mismo una de las atracciones turísticas de la ciudad.

Transporta diariamente a nueve millones de personas. La gris Unión

Soviética construyó bajo tierra palacios para el pueblo. Cada

estación es diferente.

Un lugar más tranquilo es el barrio de Kitai-Gorod, al este de la Plaza Roja.

Hasta el momento, las calles silenciosas y en pendiente se

han librado de la gentrificación de Moscú. Así era la ciudad en el

pasado, con patios acogedores y muchas pequeñas iglesias. Para matar

el hambre y la sed conviene visitar los restaurantes en las cercanas

calles de Prokovka y Marosseika. Los alrededores de la estación de

metro Chistiye Prudy son un punto de encuentro de la vida nocturna.

Por la noche, Moscú ofrece para todos los gustos teatros, conciertos,

discotecas y clubes. Cuando oscurece la ciudad tiene una cara muy

diferente. Los lugares feos desaparecen y luces multicolores revelan

nuevos aspectos en muchos edificios. Así la capital rusa se convierte en una belleza nocturna.

Información básica:

Alojamiento: Moscú tiene una amplia oferta de alojamientos, desde

hostels hasta hoteles de lujo. Sin embargo, durante el Mundial de

fútbol, del 14 de junio al 15 de julio, las reservas se agotarán

rápidamente y los precios serán más elevados.

Moneda: es el rublo. Un euro equivale a unos 75, un dólar a unos 63 rublos. Con una tarjeta bancaria se puede sacar sin problema dinero en los cajeros automáticos.

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Andy Meek

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