Con un nuevo llamado del amigo y guía de pesca en Villa Paranacito, Gustavo Ramondegui, que me informaba que esta vez había encontrado un arroyito en donde las tarariras tomaban lo que les ofreciera, comencé a planificar la salida junto al amigo Pablo Vázquez, de Merlo, zona sur.
La respuesta de Pablo ante mi invitación fue inmediata. El viernes a las 6:15 pasó por mi domicilio y cargamos todos los elementos necesarios para esta nueva jornada, entre los cuales estaba una infaltable conservadora con bebidas frías, hielo y nuestro almuerzo.
Como de costumbre, nos embarcaríamos en el muelle detrás de la terminal y oficina de turismo, desde donde salimos con Gustavo en busca de un último integrante de esta jornada, Renzo. Una vez a bordo, navegaríamos durante una hora hacia nuestro destino de pesca.
Peleas con dorados en un hermoso entorno salvaje
Nuestra navegación nos llevó por el Paranacito, el Brazo Chico y el Pedro Galofre, hasta ingresar en un arroyo tapialado de camalotes, que Gustavo con total maestría y de a poco fue abriendo con la proa de su lancha y la ayuda de su motor Mercury de 125 HP con hélice de acero. Aquí adentro navegamos muy despacio durante unos tres kilómetros.
Paramos entonces, sobre un costado del arroyo en donde la embarcación quedó entre el camalotal y un hermoso claro de agua, comenzamos el armado de nuestros equipos para probar tanto con carnada (anguilas vivas y en rodajas), como con señuelos de media agua, ya que según nuestro guía no estaban tomando señuelos de superficie.
Las respuestas fueron inmediatas después de la segunda pasada del señuelo de Gustavo. La primera tararira arremetió contra el artificial y comenzó una pelea hermosísima, la que después de varios saltos acrobáticos, llegó a bordo; hubo filmación, foto y al agua. Mientras estábamos en la liberación de esta, otra tararira tomaba mi señuelo, dando también una pelea espectacular. Llegó a bordo con mucha vitalidad, dando sacudidas para zafar del triple; foto, filmación y al agua.
Después vino el momento de Pablo, quien obtuvo su primera tararira del día, pero en esta oportunidad utilizando como carnada rodajitas de anguilas. Fue una hermosísima captura. Todas las piezas fueron muy combativas y vigorosas a la hora de sentirse atrapadas; nuevamente como en todos los casos: fotos, filmación y al agua.
Como si fuera en un orden dado dentro de la embarcación, le siguió Renzo con su primera pieza, en esta oportunidad también con rodajas de anguilas. Otra taru que presentó una excelente pelea hasta llegar a bordo.
En este sector se nos dieron más de 20 piques y capturas, tanto con carnada como con artificiales. Las 2 modalidades rindieron de forma muy pareja. Realmente las tarariras de este sector estaban muy activas. Esto era un verdadero Edén de las tarariras.
Tras prácticamente unas dos horas y media y con un pique sumamente sostenido, que no se cortó en ningún momento, Gustavo nos propuso probar en otro sector, para ver si también las taru estaban activas por ahí. Nuevamente en marcha, continuamos avanzando en el arroyito, atravesando grandes embalsados de camalotes.
Al llegar reacondicionamos los equipos y las carnadas, también cambiamos los señuelos por otros de media agua. Qué contarles amigos, en este lugar las tarariras no nos daban tiempo para encender la cámara. Los piques y las corridas eran constantes en todos los equipos, tanto con carnada como con artificiales. Los cuatro llegamos a tener piques y capturas al mismo tiempo, con ejemplares de tarariras hermosísimas. Sin dudas es el Edén de las tarariras, un santuario que hay que preservar.
Datos útiles
- Carnadas El Toro. Ruta provincial N°6 y Calixto Dellepiane (Ex Ruta 12 y Lavalle), Campana. Abierto de 6 de la mañana a 20. Reservas: (03489) 15 293 296.
- Gustavo Ramondegui, guía de pesca de Villa Paranacito. Contacto: (03446) 15 634 017.
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