La semana pasada compartimos una nota donde mostramos la actualidad de la laguna de Gómez, el tradicional ámbito cercano a Junín, en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, que era el fiel reflejo de los devastadores efectos de la sequía histórica que afectó a nuestro país en los últimos años. Este espejo era sólo una referencia de tantos que han desaparecido en los últimos tiempos, y que no pudieron aguantar como otros.
En ese contexto de lagunas que sobrevivieron a la sequía, hay que mencionar a ámbitos del sur santafecino, entre las que podemos citar a La Picasa o a Melincué, un espejo que redujo su tamaño unas diez veces en comparación a 2017, según lo que se desprende de las palabras de Delqui Nocino, secretario de Obras Hídricas de Melincué, quién explicó que pasó de ocupar 30 mil hectáreas, en ese año, a solo 3 mil en la actualidad.
"Estamos atravesando una sequía bastante grande, donde la laguna está bajando de una manera que nos remontamos a los años 1906 o 1908, que llegó a estas mismas condiciones. La bajante es tan grande que se puede caminar hasta el viejo hotel sin problemas o a la isla solo con el agua a la altura de la cintura”, precisó Nocino en nota del portal Rosario 3.
Sobre las causas, Nocino expresó: “La falta de lluvia es un componente del cambio climático. Intervienen otros factores en menor proporción, como el cambio de labranza, la falta de una arboleda y la falta de un proyecto para compensar con espejos de agua”. El espejo de agua de Melincué también padeció en numerosas ocasiones los efectos de las crecidas y en 2017 sufrió la inundación más grande de su historia, que casi deja sepultado al pueblo bajo el agua. Al respecto, el funcionario advirtió que, pese a la enorme sequía, al mismo tiempo se encuentran en alerta ante posibles crecidas para febrero a causa de las lluvias pronosticadas. “Nuestra laguna va creciendo porque es una cuenca cerrada, se hizo un dique de contención sobre el camino de alta tensión y ahora se está haciendo una defensa entre el casino y el hotel para proteger el pueblo”, expresó.
Pesca familiar en la laguna Melincué
En esa situación, hay que decir que la pesca está en franco descenso, aunque desde las orillas los aficionados que apostaban por intentar con la actividad piscatoria lograban algunas capturas de pejerreyes. El pique no era abundante, pero al menos había extracciones. La pesca está, sólo debería mejorar su caudal y se podrán ilusionar con una buena temporada, aunque todo depende de las lluvias.
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