Con el objetivo de aprovechar las ventajas que supone el agua termal para la piscicultura, la empresa Pez Campero inició su proceso de instalación en Concordia para producir alevines y juveniles de pacú, y para engorde en la región. La experiencia dice que el agua termal mejora hasta en un 100 % la productividad, y ello coloca a Entre Ríos ante un gran escenario para el desarrollo de la piscicultura.
Sebastián Almaraz, titular de Pez Campero, sostuvo que “desde hace años estamos trabajando en esta posibilidad y, luego de meses de negociaciones, logramos un acuerdo con el titular de un pozo termal, quien nos alquilará el predio y aportará el agua termal residual que es clave para el desarrollo”, detalló. Por razones de calidad y temperatura el agua termal es oro líquido para la piscicultura. La idea es dejar de derrochar este recurso y ponerlo en valor para que toda la cuenca termal de agua dulce de la provincia posibilite el desarrollo de la piscicultura entrerriana.
“El período de engorde del pacú está dado por el verano –aclara Almaraz–, el agua termal lo que permite es que ese período se extienda 12 meses, mejorando ampliamente la competitividad de la producción. Lo que venimos pensando para el sector es que los establecimiento que tengan acceso al agua termal residual produzcan juveniles de 200 gramos en invierno, y que durante el verano el engorde final del pacú se realice en otros establecimientos hasta lograr el peso de faena. Con este aporte, Entre Ríos se equipararía a Corrientes y Chaco en materia de productividad, pero estaría en mejores condiciones geográficas, porque aquí estamos en condiciones de producir alimento balanceado de muy buen calidad y además estamos bastante más cerca de los centros urbanos de consumo”.
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Fuente: Salto Grande Extra
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