Las orillas del majestuoso lago 3 en la localidad de Río Pico, provincia de Chubut, con el marco de nuestra imponente cordillera, fue el lugar elegido para el lanzamiento oficial de la temporada de pesca continental deportiva 2022/23.
¡Vamos con las truchas!
El acto, que se desarrolló en el Camping Municipal, estuvo encabezado por el gobernador de Chubut, Mariano Arcioni, y contó con la presencia del intendente de Río Pico, Diego Pérez, funcionarios de diversas áreas e intendentes de localidades vecinas que también comparten la pesca deportiva como una importante actividad turística.
Por su parte, el secretario de Pesca, Gabriel Aguilar, destacó la posibilidad de “poder mostrar al mundo y al país los encantos y los recursos que tiene la provincia”, y agradeció a los instructores y guardapescas “que son otros de los protagonistas, que cuidan los recursos y garantizan año tras año que podamos tener temporadas de pesca exitosas”. También invitó “a los pescadores furtivos a que abandonen ese tipo de actividad y se incorporen a la pesca con permiso y habilitaciones, que los costos son absolutamente accesibles”. Antes de cerrar el acto se vivió un momento muy emotivo con la entrega de una placa por parte del equipo de la Dirección de Pesca Continental a Sebastián Kambourian, hijo de nuestro colega Martín Kambourian quien falleciera meses atrás, en reconocimiento a su labor y difusión de las virtudes de Río Pico.
Truchas grandes de verdad
Una vez cumplidas las formalidades se realizó un almuerzo que sirvió para cargar las pilas para una extensa jornada que duraría hasta la caída del sol. Así parte de los medios invitados embarcaron y nosotros, junto al guía Marcelo Acevedo, partimos rumbo al establecimiento Tres Leones, lugar dónde se practica el “spring creek” denominación que se refiere a la pesca en arroyos con corrientes y vertientes.
50 años hablando de pesca con mosca
En la estancia Tres Leones nos encontramos con un escenario de película, y tuvimos la oportunidad de ir recorriendo los recodos y breves bañados que forman el río Pico y el Pampa. La temperatura rondaba los 25 grados y el viento era prácticamente nulo, por lo cual las truchas nos sorprendían al verlas descansar en las cristalinas aguas, detenidas entre las piedras, regalándonos un espectáculo adicional que nos dejaba boquiabiertos por minutos antes de intentar provocarlas. Las moscas secas y las líneas de flote fueron lo adecuado para estas difíciles primeras capturas, cabe destacar que después del desove no recuperan el apetito a pleno y continúan desganadas a tomar insectos, su alimento natural.
Maravillados por el entorno en el cual pudimos probar la pesca, regresamos henchidos de tanta naturaleza. Desde ya, que nos queda mucho más por ir desgranando en próximos encuentros. Ahí estaremos.
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