A 56 km de la ciudad de Córdoba nos encontramos con un destino ideal para aquellos que gustan de conocer nuevos ámbitos. Se trata del Dique La Quintana, un lugar que transporta al aficionado a un verdadero paraíso lleno de belleza y que es un imán para todo aquel que gusta de la naturaleza y los deportes al aire libre, entre ellos, la pesca deportiva.
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Rodeado de exuberante vegetación y aguas cristalinas, se trata de un ámbito poco difundido que se ubica a 9 km de Anisacate. Un entorno totalmente tranquilo es el contexto que encuentra el pescador, junto a un majestuoso paredón de hormigón y piedra de una longitud de 550 m, y una altura de 32 m. Construido entre los años 1952 y 1954, forma parte del complejo hidroeléctrico Los Molinos. Desde la capital provincial se accede en dirección sur por Ruta Provincial 5, pasando por Alta Gracia. En Anisacate, al cruzar el puente se debe girar a la izquierda con dirección a RP E56 y al llegar a José de la Quintana, las señales marcarán el camino al dique.
Lisas: la especie que enseña paciencia
El lago tiene una extensión de poco más de 50 hectáreas y tiene la particularidad de no poseer ningún servicio para el pescador, sin clubes en sus orillas ni alquiler de embarcaciones, por lo que se debe llevar la propia. Otro dato clave es que no se permite el uso de motores a explosión, lo que obliga a entrar a remo o con eléctricos. Los buenos comentarios de salidas recientes llevaron a que uno de nuestros referentes en la provincia de Córdoba, Sebastián Rodríguez, decida visitar este ámbito e ir a conocerlo en búsqueda de esos grandes pejerreyes.
La salida se realizó el sábado 16, en una jornada fresca pero bastante agradable en un invierno que se ha hecho sentir. Bien temprano, ingresaron y se apostaron en las inmediaciones al paredón, a la derecha del muro. Como referencia para los pescadores, hay una casa enfrente sobre las márgenes del lago. La profundidad marcaba unos 15 m, y al agua fueron los aparejos, de flote con brazoladas de un metro rematadas con un anzuelo N° 1. Un puntero cargado y una boya del tipo cometa detrás. Los piques no fueron continuos, y tal como se esperaba, la cantidad no iba a ser lo más destacado, sino la calidad de los ejemplares que se prendían a los encarnes con mojarra viva principalmente, aunque los filetes de dientudo también daban buen resultado.
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Nos decía Rodríguez que la paciencia es clave. Los piques no abundan y ser certero ante cada llevada suma al final. Una primera incursión más que positiva en un ámbito que la experiencia de pescar puede dar mejores faenas en cantidad, aunque los portes capturados conformaron a los pescadores que disfrutaron de soberbios ejemplares que vendían cara la derrota pescando a flote y generando adrenalina hasta tenerlos arriba del bote.
El Dique Nivelador La Quintana es uno de los sitios imperdibles para quienes llegan a la pequeña localidad de José de La Quintana, y, tras esta nota, lo será para muchos aficionados a la pesca deportiva que no conocían de su existencia. Pensando en los grandes pejerreyes, qué mejor plan que ir por este pequeño espejo.
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