Tuesday 19 de March de 2024
PESCA | 17-03-2018 08:33

Lances con mosca en la llanura pampeana

Relevamos varios arroyos bonaerenses, que derivan de los ríos Arrecifes y Pergamino, con la intención de magnificar las capturas de doradillos, tarariras y chanchas. Una experiencia increíble. Galería de imágenes.
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Pampa es una voz quéchua que puede traducirse como “llanura”, por momentos tan extensa y plana que el horizonte parece una recta casi perfecta. Poseer los suelos más fértiles de la Argentina, llevó a que el bioma original de los pastizales se encuentre completamente transformado por la actividad agropecuaria.

Hidrográficamente es una región muy inestable, que alterna períodos de seca y crecientes en forma cíclica, a través de fenómenos climáticos como El Niño y la Niña. Aquí la lluvia tiene un gran impacto en la pesca, complicándola o imposibilitándola por enturbiar los ríos por encima de lo admisible para la mosca. Pero esas mismas precipitaciones también renuevan poblaciones e incitan el ingreso de los peces migratorios paranaenses.

Hacía largos años que quería conocer Arrecifes, motivado por comentarios y fotos de dos pioneros de la zona: Joni Alba y Marcelo Trelles. Joni llevó su fanatismo al punto de crear el único Fly Shop de su ciudad, y que se transformó en el sitio de reunión muchos mosqueros del NE bonaerense. Trelles es otro gran formador de nuevos mosqueros, a quien sus alumnos llaman “Maestro Shifu”, en alusión al conocido sensei de la película Kung Fu Panda. En la movida también nos acompañaban el Doc Gabriel Dinatale, otro fanático y fino conocedor de la región, junto a Leonardo Nalda y David Chuche Liuzzo que, en su fanatismo por la pesca de chanchitas, se tatuó una en un antebrazo. Les agradecemos a todos por la colaboración que pusieron para este relevamiento.

Pesqueros de la Pampa Ondulada

La zona relevada se encuentra en una subunidad llamada Pampa Ondulada, cuyo nombre deriva de las ondulaciones orográficas producto de la erosión de los ríos y una leve elevación del basamento cristalino. Salvo el Carcarañá, que se nutre de las sierras cordobesas, el resto posee caudales permanentes debido a las precipitaciones y múltiples afloramientos del acuífero Puelche.

Resultan los ríos con la mayor biodiversidad íctica de la llanura pampeana, por subsidio del sistema Paraná/Plata. Comparados con los ríos de la pampa deprimida (cuenca del Salado), poseen un mayor ritmo y pendiente, con innumerables afloramientos de tosca que generan pintorescos saltos y correderas. Estos últimos, son los sitios preferidos de los doradillos. A los cuales se los busca de vadeo, con ropas de secado rápido y abordajes livianos, como si fuera un curso patagónico del estilo Quillén o Malleo.

El río Arrecifes es el más caudaloso, con una longitud de 255 km y una amplia cuenca que abarca unos 11.500 km2. Sus nacientes se localizan en la laguna de Moreno, en el partido de Colón, y tras captar los ríos Rojas, Dulce, Salto y Pergamino, desemboca en el río Paraná.

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Para los muchachos de la zona es como el “patio de su casa”, el sitio donde se formaron como pescadores, pasando por todas las técnicas, desde la vara tomatera hasta lo más fino del fly fishing. Hoy son días de luto para los que aman este río, ya que sufrió una canalización salvaje de decenas de kilómetros. A Marcelo Trelles literalmente se le caen las lágrimas de pensar en la pérdida de este paraíso bellísimo, pletórico de vegetación, refugio de una variada fauna que incluía carpinchos, nutrias, iguanas y decenas de aves acuáticas. A pesar de ello, lo tocamos en dos sitios clásicos: la corredera del Luna y el Paso de las Carretas sobre el río Pergamino.

Como el agua corría turbia por la revuelta de la greda, elegimos streamers más voluminosos y oscuros, que generen más vibraciones. Así picaron numerosos ejemplares, los más pequeños en el cacheteo de la posada y los más grandes ninfeando las canaletas de tosca. Los pequeños salieron, pero el mejor de Trelles se perdió en el segundo salto.

También relevamos otros tributarios de aguas más claras, enfocados en tarariras y chanchitas. A estas últimas las abordamos a pez visto, con equipos de mosca ultralivianos (entre Nº 1 y 2), en un pequeño arroyo de aguas completamente transparentes. La chancha es una de las especies sutiles más difíciles para la mosca, el epítome del “pez pequeño y sabio”. Salieron en portes sensacionales, con pequeñas MOP Fly (ninfas) tamaño 12 en color amarillo y chartreusse que, además de volverlas locas, facilitan su control visual. Pensando en tarariras, las tentamos golpeando sobre los pockets y remansos de la costa, streamers de craft fur invertidos de tipo Clouser. Picaban en el agua muerta pero luego su lucha se potenciaba en la corredera. Realmente una forma de pescar Hoplias completamente inusual.

Otros ámbitos

El Arroyo del Medio, con una cuenca de 3.200 km2, oficia de límite entre las provincias de Santa Fe y Buenos Aires. Nace cerca de la localidad de Melincué y desemboca en el Paraná, a la altura de San Nicolás de los Arroyos. Aquí las tallas de los doradillos oscilan entre 500 g y casi 2 kg, con la posibilidad de dar con ejemplares mayores. Utilizamos equipos entre Nº 4 y 5, con líneas flotantes. Como estamos ante peces residentes bastante técnicos y pícaros, alargamos el leader de 8 pies, con cable camo de 15 libras y streamers de pluma en anzuelos Nº 1, de unos 12 cm de largo. Los mejores resultados se dieron con Tarpon Snake, muy fáciles de castear, en colores rojo y negro.

Otro ámbito que visitamos fue el arroyo Ramallo, que posee unos 80 km de longitud y una cuenca de 1.130 km2. Se origina por la confluencia de los arroyos Manantiales Grande y Manantiales Chico, en el partido de Pergamino, y desemboca en el río Paraná. Aquí cambié el enfoque de los doradillos a uno mucho más sutil y natural, con equipos Nº 3 y 4, usando mojarritas sintéticas de 6 cm y como shock tippet fluorocarbono del 0,50 mm.

Otro de nuestros objetivos era la carpa, a la cual encontramos en muy baja densidad en pozos profundos de agua turbia. Los portes eran sensacionales, con peces de 3 a casi 6 kg. Pero, por más que lo intentamos todo, no hubo caso con ellas…

Nota completa publicada en revista Weekend 546, marzo 2018.

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Diego Flores

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