Con la llegada del invierno, muchos aprovechan para revisar el kayak y encarar esas tareas de mantenimiento que, además de necesarias, suelen disfrutarse. Lo primero es verificar la estanqueidad general de la embarcación, tanto del habitáculo como de los compartimentos estancos. Si al regresar de cada salida notamos que el interior del kayak tiene agua, lo más probable es que haya alguna filtración en el casco, las juntas o la cubierta. En general, las roturas se producen al chocar contra muelles o rocas, o bien al descender por rampas de madera donde un clavo puede perforar la fibra de vidrio.
Ante una sospecha de ingreso de agua, lo primero es identificar el punto de filtración. Una inspección minuciosa suele bastar: el gelcoat (la resina pigmentada de terminación) tiende a quebrarse y permite visualizar fácilmente fisuras o perforaciones. Si la rotura es muy pequeña —uno o dos milímetros—, es posible sellarla con un producto epoxi. Pero si se trata de una grieta lineal o una perforación completa de la fibra, lo más recomendable es trabajar con plástico reforzado con fibra de vidrio (PRFV). Para ello se colocan parches del lado interno de la embarcación.
El primer paso es lijar bien toda la zona dañada hasta eliminar completamente los restos de fibra rota. Al manipular PRFV, se deben usar guantes protectores y una mascarilla sencilla para evitar inhalar partículas. Luego se prepara la resina náutica acelerada, ideal para quienes no son profesionales, ya que resulta más fácil de trabajar. La fibra se corta con tijera, asegurándose de que cubra completamente el área a reparar. Debe impregnarse bien con la resina, a la cual se le agrega el catalizador en proporciones precisas: como guía, por cada medio kilo de resina se deben usar 15 cm3 de catalizador a 15 °C. A menor temperatura ambiente, se debe añadir más catalizador para garantizar el curado.
Si el daño está en la quilla —una zona de alto desgaste—, conviene aplicar tres o cuatro capas de fibra y resina para lograr mayor resistencia. Para adherirlas se usa un pincel, presionando con la punta para eliminar las burbujas de aire que se generan naturalmente durante el proceso.

Kayakismo: otoño a puro remo
Puede ocurrir que no sea posible acceder al interior del kayak para colocar el parche. En esos casos se trabaja desde el exterior. Es fundamental lijar bien la capa de gelcoat hasta eliminar el brillo y lograr que la resina muerda el material base, evitando que se despegue ante el primer golpe. El secado demanda 24 horas.
Una vez curada la reparación, se debe lijar para eliminar bordes filosos. Aprovechamos también para revisar los cabos de vida del casco: si presentan desgaste, los reemplazamos por sogas nuevas.

Kayak: el surf ski marca tendencia
Kayaks plásticos
Aunque muchos creen que los kayaks plásticos son indestructibles, también pueden perforarse y requieren mantenimiento preventivo. Si se pierde la estanqueidad es necesario ubicar el punto de ingreso de agua. Generalmente se trata de cortes a lo largo del casco, que deben sellarse. La mejor técnica es utilizar plástico derretido aplicado con pistola de calor.
Lo ideal es usar el mismo tipo de plástico que el del kayak para asegurar una fusión duradera. Muchos fabricantes entregan retazos del mismo material junto con la embarcación para facilitar este tipo de reparaciones. Incluso hay talleres que ofrecen este servicio a bajo costo.
El procedimiento es sencillo: se derrite un trozo de plástico y se adhiere sobre el agujero del casco. Con la pistola de calor, ambas superficies deben fundirse hasta unirse por completo. Es conveniente practicar antes para encontrar el punto exacto de fusión sin dañar la estructura original.
Kit imprescindible
Todo kayakista debería tener un pequeño kit de reparaciones que incluya:
- 1 litro de resina poliéster náutica acelerada.
- 30 cm³ de catalizador.
- 1 m2 de fibra 220.
- Lija.
- Acetona.
- 2 pinceles.
- Tijera.
- Cinta de enmascarar.
- Guantes descartables de vinilo.
Comentarios