Entre las tantas especies exóticas de peces óseos autóctonas de Mar del Plata hay una que le ha dado vida a cientos de cuentos infantiles y es muy buscada por los turistas a la hora de llevarse un recuerdo de su visita a esa ciudad veraniega bonaerense; el Hippocampus Patagonicus, más conocido como “caballito de mar”, que acaba de ser declarado especie protegida de la Perla del Atlántico.
“El caballito de mar es un lujo, una joya”, comentó, al diario La Capital, la doctora y bióloga marina María Gabriela Pujol, quien, desde hace 15 años, se encuentra al frente del proyecto “Hipocampo en Mar del Plata”, que busca preservar a esta especie que se encuentra en peligro de extinción.
“Los caballitos de mar solían aparecer en la costa después de las tormentas, o en las redes de los pescadores, o eran vistos por los buzos en sus inmersiones. Gracias a eso comenzamos a describir la población existente en el espejo de agua formado por las escolleras Norte y Sur, determinando los parámetros poblacionales y su relación con los ambientes impactados antrópicamente, como es el puerto”, agregó la también coordinadora general del Museo Municipal de Ciencias Naturales marplatense.
Así fue que, tras estudiar durante muchos años tanto los sexos, como sus tamaños, su época reproductiva y su relación con el medio ambiente, lograron que, en 2010, se declarara al caballito de mar “Monumento Natural de Mar del Plata”, el mayor estatus de protección al que puede aspirar tanto una especie animal como vegetal y que comparte con el lobo marino de un pelo.
Distribuido frente a las costas argentinas, hasta Puerto Madryn, otra de las mayores poblaciones de este simpático y colorido pececito está ubicada en la localidad bonaerense de Monte Hermoso, en tanto que también habitan en la costa de Brasil, “probablemente hasta la desembocadura del río Amazonas”, según explicó Pujol.
Por último, la especialista en caballitos de mar destacó la gran importancia que significa para Mar del Plata contar con la mayor población de caballitos de mar de la Argentina y su flamante designación como especie protegida.
“Es muy importante que Mar del Plata tenga esa población estable, porque refiere a un animal icónico y emblemático, ya sea tanto en materia de identidad como de herramienta para muchos programas de educación ambiental”, concluyó Pujol.
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