En el Paraná Guazú y Bravo, la tripa de pollo y la lombriz fueron la carnada perfecta para atraer a las bogas. Foto: Luis María Bruno

En el Paraná Guazú y Bravo, la tripa de pollo y la lombriz fueron la carnada perfecta para atraer a las bogas. Foto: Luis María Bruno

En el Paraná Guazú y Bravo, la tripa de pollo y la lombriz fueron la carnada perfecta para atraer a las bogas. Foto: Luis María Bruno

En el Paraná Guazú y Bravo, la tripa de pollo y la lombriz fueron la carnada perfecta para atraer a las bogas. Foto: Luis María Bruno

En el Paraná Guazú y Bravo, la tripa de pollo y la lombriz fueron la carnada perfecta para atraer a las bogas. Foto: Luis María Bruno

En el Paraná Guazú y Bravo, la tripa de pollo y la lombriz fueron la carnada perfecta para atraer a las bogas. Foto: Luis María Bruno

En el Paraná Guazú y Bravo, la tripa de pollo y la lombriz fueron la carnada perfecta para atraer a las bogas. Foto: Luis María Bruno

En el Paraná Guazú y Bravo, la tripa de pollo y la lombriz fueron la carnada perfecta para atraer a las bogas. Foto: Luis María Bruno

En el Paraná Guazú y Bravo, la tripa de pollo y la lombriz fueron la carnada perfecta para atraer a las bogas. Foto: Luis María Bruno

Pesca embarcado

La clave estuvo en las carnadas

Nuestro especialista vuelve a su querido Paraná Guazú y Bravo para obsequiarnos una jornada donde las protagonistas fueron las bogas. Comportamiento y variedades de encarnes.

Por Luis María Bruno

Para esta salida invité al amigo y colaborador Gustavo Sandoval. Tres factores ocupaban mi mente en esta oportunidad: incidencia del viento, temperatura del agua y carnadas. Tenía muy presente que las bogas que se dieron últimamente, no tomaron el ofrecimiento de maíz fermentado, masa, corazón e hígado vacuno, tampoco los encarnes realizados con salamín habían tenido éxito. En realidad los primeros ejemplares fueron logrados en su totalidad con tripa de pollo y, en segundo lugar, con lombrices.

No obstante, llevábamos en nuestro equipo la necesaria variedad de carnadas ante la posibilidad de necesitarlas, más allá de los comportamientos puntuales de los peces.  

Previa provisión de tripa de pollo y lombriz en Carnadas El Toro, seguimos camino hacia la guardería del Camping Recreo Keidel, donde tengo en guarda a Gino, mi embarcación.

Se hizo notoria la rotación e incremento del viento del sector Sudeste, motivo por el cual una vez en navegación fuimos buscando la costa que más reparo nos ofrecía, tanto para el viento como para la marejada que este producía.

Transcurridos unos minutos nos dimos cuenta de la importancia de la marejada y fue así que decidimos probar suerte en algunos puntos del Paraná Guazú, donde las respuestas obtenidas fueron solamente para bagres amarillos y algunos patíes de lindos portes.

No habíamos olvidado que llevábamos como consigna del día hacernos de bogas, así que en una navegación a marcha lenta y con mucha precaución, llegamos a las inmediaciones del Paraná Bravo, donde fondeamos en una profundidad media de unos 12 metros. Reacondicionamos los equipos y carnadas, y comenzamos a realizar los primeros intentos en esta zona.

Y ahí se dio el primer pique en uno de mis equipos que tenía por encarne tripa de pollo, al que respondí con una clavada firme de mi vara. El arranque de la lucha con corridas y cabezazos, me estaba indicando que, sin dudas, se trataba de una boga. Logré traerla hasta la lancha y con la ayuda del copo la subí, se trataba efectivamente de un ejemplar de boga de, aproximadamente, un kilo y medio. Una vez arriba de la embarcación llegaron las fotos de rigor, las filmaciones, las que una vez terminadas se procedió a devolver la pieza al agua.

Por su parte, Gustavo recibía también una respuesta efectiva de pique en uno de sus equipos y aquí lo que se dio fue un ejemplar de bagre blanco de, aproximadamente, un kilo de peso. En este sector, continuaron los piques y capturas pero de bagres amarillos y algunos patíes de lindos portes.

En un momento bajó la intensidad del viento y decidí moverme unos 800 metros aguas abajo, en las inmediaciones del arroyo Las Piedras, siempre sobre aguas del Paraná Bravo. Esta vez fondeamos en una profundidad de unos 14 metros, reacondicionamos equipos y carnadas, y procedimos a realizar los primeros lances. No pasó mucho tiempo luego de que los plomos tocaran fondo, con anzuelos encarnados con lombrices y tripa de pollo, que empezaron a darse las reacciones y capturas de bagres amarillos de muy buenos portes y de patíes.

Hasta que comenzamos a tener respuestas seguidas de lo que habíamos ido a buscar: bogas, exclusivamente utilizando los encarnes realizados primeramente con tripa de pollo y en segundo lugar con lombrices.

Los piques se fueron sucediendo uno a uno, con ejemplares que promediaron entre el kilo de peso y los dos kilos, aproximadamente. Nos brindaron unas excelentes peleas hasta subirlas a bordo. El viento de momento bajaba un poco su intensidad, teníamos ráfagas más que importantes y el agua se mantenía fría y muy revuelta por la marejada. Llegaba la hora de despedirnos.

Nos podíamos dar por más que satisfechos por la jornada realizada y, finalmente, por encontrar las primeras bogas de esta temporada; las que sin duda, de a poco, comienzan a darse con mejores portes y un cambio en su dieta que las vuelve proclives a tomar otros tipos de carnadas. 

 

Datos Útiles. Carnadas “El Toro”, Ruta Provincial N°6 y Calixto Dellepiane (Campana – Buenos Aires). Abierto desde las 6:00. Reservas: móvil 03489-15-293296.

Camping Recreo Keidel por la guardería y bajada de lancha. Móvil: 03487-15-470576.

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