Ushuaia: falló la búsqueda del Monte Cervantes
El pasado sábado 15 de julio un equipo intentó filmar los restos de la embarcación hundida con vehículos remotos submarinos. Pese a todas las previsiones, el clima cambiante de la zona achicó la ventana de acción y tuvieron que regresar antes de lo planeado. Galería de fotos y video.
Por Francisco Savino
Ya habíamos anunciado del intento de revivir el Monte Cervantes a través de un relevamiento fotográfico, con fecha 15 de julio se dio inicio a la búsqueda del naufragio cuyos restos se estima están entre los 20 y 25 metros de profundidad. La empresa fue llevada a cabo por Carlos Pane junto con un grupo de alumnos de la Universidad Nacional de Ushuaia, en una zona cercana al faro Les Éclaireurs. Esta área es riesgosa, con muchas restingas e islotes de bajo fondos, así que debían hacer el relevamiento con mucho cuidado, para lo cual se valieron de dos vehículos remotos submarinos, conocidos normalmente como (ROV)
Desgraciadamente, a pesar de todas las previsiones y cálculos que se hicieron, el clima impredecible de los alrededores de Ushuaia no los ayudó. Salieron a muy temprano la mañana, con buen tiempo, pero durante el día una tormenta de viento, nieve y granizo se desató sobre la zona e impidió que este grupo pudiera terminar de cumplir la tarea. ¿Por qué se buscó esta época del año? Porque si bien los días son más cortos en invierno, en Tierra del Fuego la actividad biológica submarina es menor, por lo que hay más visibilidad. Esto favorecía la búsqueda. Sin embargo, el clima fueguino les jugó una mala pasada a la vez que acrecentó el misterio sobre uno de los naufragios más renombrados e inaccesibles de la provincia.
Hay que considerar que el ROV tiene un ángulo de visión de 120 grados, puede ver un espectro de 4 metros en el ancho de la pantalla y por la visibilidad final ronda los 15 m. La meteorología les impidió continuar ya que podían poner en peligro al catamarán que los había trasladado y que era la base de operaciones. Además a los ROV se les estaban agotando las baterías, por lo que recargarlas y volver a intentarlo ya no era factible debido al demejoramiento rápido del clima. Es por ello que no tuvieron todo el tiempo disponible que tenían previsto para la búsqueda: una mala pasada por la que tuvieron que abortar los planes a pesar de la ansiedad de los jóvenes de la universidad y de la empresa Deepwater Engineering, dedicada a distintos proyectos de ingeniería aplicada, entre ellos algunos submarinos mediante la utilización de drones.
El mismo equipo ya exploró en febrero de este año el naufragio del Vapor Sarmiento, un barco de carga y de pasajeros encallado frente a la Estancia Remolino, también en el Canal Beagle, desde 1912. En el caso del Monte Cervantes, el objetivo era filmar y ver el estado de las cabinas y buscar la lámpara de navegación. Tenían conocimiento de que hay sectores colapsados y que todo ha sido invadido por la vegetación marina, pero querían hacer un registro actualizado de los restos. Sumergieron los robots en el Beagle a las 11.15 y, al poco tiempo, lograron llegar hasta una profundidad de 25 m. Fue en ese momento cuando comenzaron a complicarse las condiciones climáticas, en especial por un frente de tormenta que empezó a acercarse al sitio del naufragio. Los equipos comandados por control remoto desde la superficie utilizan un cable o "cordón umbilical" por el que se envían las señales de comando y de video, y que constituye un tema de cuidado para los operadores porque puede enredarse en algas u otros obstáculos bajo el mar.
Además, en este caso la tormenta "provocó que el cable de los drones actuara como una vela y la corriente los llevara fuera de la ruta pretendida por los operadores, lo que además agregó el problema de un mayor consumo de las baterías", describió el ingeniero. Después de recuperar los aparatos desde la profundidad del mar, la expedición regresó a Ushuaia en medio del temporal de viento y nieve. No persiguen ningún fin económico y su intención sigue siendo la de relevar el patrimonio cultural para visibilizarlo y que después eventualmente los expertos en el tema, como lo son los arqueólogos submarinos y los historiadores, decidan los pasos a seguir. "La campaña no concluye con este episodio sino que esperamos continuarla en el futuro", concluyó Pane. Los restos del Monte Cervantes, algunos lo llaman el Titanic Argentino, continuará oculto en las profundidades del Beagle, pero seguro saldrán a la luz en poco tiempo. Así lo esperamos.
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